Los adolescentes con obesidad tienen mayor riesgo de trombo en pierna o pulmón durante la edad adulta, según un estudio

Los hombres con un historial de obesidad en la adolescencia tienen en la vida adulta más riesgo de un coágulo de sangre (trombo) en una pierna o un pulmón, según un estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). El riesgo aumenta sucesivamente y es mayor en aquellos que fueron severamente obesos en la adolescencia.

Un trombo en la pierna o el pulmón se conoce como tromboembolismo venoso (TEV). Es una de las enfermedades cardiovasculares más comunes. El riesgo aumenta con la edad y, en general, entre el 5 y el 10 por ciento de la población se ve afectada en algún momento de su vida. La enfermedad es potencialmente mortal, pero su grado de gravedad varía.

Este estudio, publicado en la revista Journal of Internal Medicine , se basa en datos de 1.639.838 hombres que se alistaron para el servicio militar en Suecia en los años 1969-2005. Su edad media de alistamiento era de poco más de 18 años. Se hizo un seguimiento de estas personas utilizando los registros de pacientes y causas de muerte.

Durante el período de seguimiento, con una duración media de 28 años, se registró un coágulo de sangre en la pierna o el pulmón entre poco más del 1 por ciento de los participantes del estudio. Se encontró una clara asociación entre el índice de masa corporal (IMC) en el momento del alistamiento y el posterior riesgo de trombos.

También se observó un aumento sucesivo del riesgo de trombos en el grupo de la parte media y superior del rango normal del IMC (20-25), en comparación con la parte inferior del rango normal (18,5-20). El riesgo siguió aumentando en los dos grupos de IMC más altos, los de obesidad y obesidad grave, a los que pertenecían más de 36.000 de los participantes en el estudio.

En el grupo con obesidad (IMC 30-35), el riesgo relativo fue de 2,93 en comparación con el grupo de referencia del estudio, más del doble. Para los que tenían obesidad grave, el riesgo relativo correspondiente era de 4,95, es decir, un riesgo casi cinco veces mayor de coágulos sanguíneos en la pierna o el pulmón durante el período de seguimiento.

«Hasta ahora, la asociación entre el ETV y la obesidad ha sido estudiada principalmente en poblaciones donde el IMC se mide relativamente tarde en la vida. Para entonces, los participantes en el estudio pueden haber desarrollado enfermedades relacionadas con la obesidad, como ciertas formas de cáncer, que también afectan a su riesgo de trombos. Por consiguiente, existe el peligro de subestimar el riesgo de obesidad. A medida que la obesidad y la obesidad grave se van extendiendo entre los niños y adolescentes, es cada vez más importante estudiar los riesgos a largo plazo», explica la líder del estudio, Katarina Glise Sandblad.

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