Lenin, Mussolini o Ceaucescu, las tumbas de dictadores convertidas hoy en atracción turística

La oposición del Gobierno de Pedro Sánchez a que Francisco Franco sea enterrado en la cripta de la catedral de La Almudena, como ha expresado su familia, una vez sean exhumados sus restos del Valle de los Caídos ha reabierto el debate sobre el lugar idóneo donde debe reposar el dictador para evitar que su figura y lo que representó sean objeto de enaltecimiento.

Tras conocer los deseos de la familia Franco, diversos colectivos se han movilizado para protestar por su eventual traslado a La Almudena, en el centro de Madrid, y a pocos metros del balcón del Palacio Real donde solía asomarse el dictador ante la multitud.

¿Pero dónde están enterrados los dictadores en otros países? ¿Son sus tumbas lugares frecuentes de peregrinación de los nostálgicos de esos regímenes? Esta es la realidad en algunos países europeos y latinoamericanos:

ANTONIO DE OLIVEIRA SALAZAR (PORTUGAL)

El fundador del Estado Novo, como se denominó al régimen autoritario implantado tras el golpe de Estado militar de 1926 y cuyo final marcó la Revolución de los Claveles de 1974, cuatro años después de la muerte de Salazar, reposa en el cementerio de Vimieiro, su pueblo natal, de poco más de 800 habitantes. El municipio de Santa Comba Dão, al que pertenece la aldea de Vimieiro, lleva años intentando poner en marcha un museo sobre la figura de Salazar y el Estado Novo con el objetivo de atraer turistas a la zona. La idea, no exenta de polémica y que cuenta con partidarios y detractores, no ha terminado de ver la luz principalmente por falta de financiación.

BENITO MUSSOLINI (ITALIA)

El Duce, que gobernó Italia entre 1922 y 1945, fue fusilado por partisanos italianos cuando intentaba huir con su amante a Suiza, oculto en un camión. Tras la ejecución colgaron sus cuerpos boca abajo en una plaza de Milán, donde fueron mutilados, golpeados, orinados y escupidos. Terminado el escarnio público, el cuerpo del dictador fue enterrado en una tumba sin identificar hasta que un año después simpatizantes fascistas lo robaron para entregarlo poco después en un convento, al no saber qué hacer con los restos. Oculto durante más de 10 años en el convento de Cerro Maggiore, con el conocimiento del Gobierno italiano, en 1957 se entregó los restos a la familia, que eligió la capilla familiar de San Cassiano para darle sepultura. Su tumba es hoy lugar frecuente de peregrinación de nostálgicos, pero también de simples curiosos.

ADOLF HITLER (ALEMANIA)

El dictador sin tumba. Recientemente un equipo de forenses franceses que asegura haber accedido a restos del líder nazi guardados por los servicios de inteligencia rusos ha publicado en la European Journal of Internal Medicine que, tal y como sostiene la versión histórica más extendida sobre la muerte de Hitler, éste murió en un bunker en Berlín en 1945. La versión oficial sostiene que el führer se suicidió junto a su esposa Eva Braun para evitar ser capturados por los soviéticos. Sus cuerpos fueron después incinerados y sus restos esparcidos por Berlín y Rathenow. Sobre el lugar en que murió Hitler hay hoy un aparcamiento.

NICOLAE CEAUSESCU (RUMANÍA)

En Rumanía, casi todo lo que rodea al dictador comunista Nicolae Ceausescu y su mujer, Elena, se ha convertido en atracción turística. Desde la casa natal de Nicolae, el lujoso palacio de 80 habitaciones y 14.000 metros cuadrados que fue su residencia oficial, hasta sus tumbas y la base militar en la que fueron fusilados en 1989 tras un rápido juicio de menos de dos horas funcionan en la actualidad como polos de atracción de turistas. El matrimonio está enterrado en el cementerio de Bucarest y son numerosas las empresas turísticas que ofrecen visitas guiadas a sus tumbas.

VLADIMIR LENIN (RUSIA)

La momia del líder del primer Estado socialista de la historia permanece expuesto desde 1924 en un mausoleo que lleva su nombre en la Plaza Roja de Moscú. Su mantenimiento en óptimas condiciones con un tratamiento químico le cuesta al Gobierno ruso unos 175.000 euros al año. A pesar de que la exposición de la momia de Lenin atrae miles de turistas de todos los países, no son pocos los rusos que preferirían que fuera enterrado.

JOSEPH STALIN (RUSIA)

El sucesor de Lenin responsable de una brutal dictadura que eliminaba cualquier conato de oposición fue inicialmente embalsamado en el mausoleo de Lenin en Moscú, tras su fallecimiento en 1953 por un derrame cerebral. Años después, el sucesor de Stalin, Nikita Jruschov, denunció las purgas y crímenes de Stalin y decidió trasladar su cuerpo fuera del mausoleo, a una tumba instalada en la Necrópolis del Muro del Kremlin, a unos 20 metros del mausoleo.

JOSIP BROZ TITO (YUGOSLAVIA)

El líder comunista de la antigua Yugoslavia desde 1945 hasta 1980 está enterrado en el mausoleo de la Casa de las Flores, un invernadero construido en el sur de Belgrado cinco años antes de su muerte con el fin de albergar sus restos. Cerrado durante más de una década tras la descomposición de la Federación, se reabrió de nuevo al público en 1996. Los aniversarios de su muerte o su cumpleaños son fechas en la que los nostálgicos de la antigua Yugoslavia suelen acercarse a la Casa de las Flores para honrar su memoria.

JORGE RAFAEL VIDELA (ARGENTINA)

Las protestas ciudadanas impidieron a la familia del dictador argentino en el panteón que poseen en Mercedes, su pueblo natal, a unos 100 kilómetros de Buenos Aires. Videla murió el 17 de mayo de 2013 a los 87 años por causas naturales en su celda, donde cumplía cadena perpetua tras ser juzgado por crímenes de lesa humanidad. Las autoridades locales de Mercedes reconocieron que no podían impedir su inhumación en el cementerio del municipio, pero las protestas movieron a la familia a enterrarlo en secreto en otro camposanto privado en una tumba con nombre falso, familia Olmos , un engañó que tardó dos años en saltar a la luz pública, a través de una información desvelada por el diario Clarín .

AUGUSTO PINOCHET (CHILE)

Los restos del general chileno reposan en una capilla privada de su familia en Valparaíso. El dictador falleció en 2006 a los 91 años de edad, en un momento en que la justicia chilena había iniciado el procedimiento para encausarle por alguno de los crímenes cometidos durante su dictadura, que eliminó y reprimió a miles de opositores, muchos de los cuales siguen hoy desaparecidos.

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