Las tensiones financieras son el primer test de estrés real de la banca desde la crisis de 2008, según De Cos
La implementación «completa y consistente» de Basilea III sigue siendo fundamental para salvaguardar la resiliencia del sistema bancario
El reciente episodio de turbulencias en los mercados puede considerarse como la primera prueba de estrés «real» a la que se ha sometido al sistema bancario desde la crisis financiera de 2008, según ha señalado Pablo Hernández de Cos, presidente del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea y gobernador del Banco de España.
«Esta fue quizás la primera prueba de estrés real del sistema bancario (o al menos de partes de él) desde la gran crisis financiera», ha señalado el banquero español durante su intervención en una mesa redonda organizada en Washington por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).
En este sentido, ha precisado que, si la pandemia de Covid-19 supuso una prueba de estrés, «se debió a un shock exógeno, no financiero» y el sistema bancario se benefició de la enorme escala de las medidas de apoyo público.
En cualquier caso, para De Cos, en el momento de evaluar lo ocurrido y sus implicaciones para la banca, reguladores y supervisores hay que ser «humildes y de mente abierta» sin apresurarse a sacar conclusiones, ni cerrar ninguna puerta, mientras que, una vez completado el examen, se deben tomar medidas correctivas si se considera necesario.
En opinión del gobernador del Banco de España, los eventos recientes no representan necesariamente un patrón general del sistema bancario, sino «un evento de cola», aunque advierte de que las juntas y la gerencia de los bancos deben ser la primera escala en la gestión y supervisión de riesgos; «estas funciones no pueden ser subcontratadas a los supervisores».
De este modo, para De Cos, saltar directamente a las discusiones sobre las implicaciones regulatorias y de supervisión de los eventos recientes sería similar a «perdonar a los bancos por no cumplir con sus responsabilidades principales» y, de la misma manera, a los accionistas por no ejercer la diligencia debida.
SUPERVISIÓN Y REGULACIÓN.
En cuanto al papel de los supervisores, De Cos ha destacado la eficacia del grado de cooperación en la supervisión transfronteriza a nivel del Comité de Basilea en respuesta a los acontecimientos recientes con el objetivo de ayudar a restaurar la estabilidad financiera.
En esta línea, ha recordado que el propio Comité celebró varias reuniones para facilitar el intercambio de información de supervisión y la colaboración transfronteriza durante un período de gran tensión en el sistema bancario.
En su opinión, las recientes turbulencias son un recordatorio de la importancia crítica de contar con normas regulatorias prudentes y sólidas para el capital y la liquidez de los bancos y ha subrayado que las reformas implementadas de Basilea III han mejorado la resiliencia del sistema bancario mundial.
En concreto, ha recordado que el apalancamiento total en el sistema bancario se ha reducido aproximadamente a la mitad desde 2011, mientras que las tenencias de activos líquidos de los bancos se han más que duplicado durante este período y ahora ascienden a 12,5 billones de euros.
«Estas reformas han ayudado a contener las consecuencias de los recientes eventos de estrés bancario», ha defendido De Cos, para quien el objetivo de las mismas «no es crear un régimen de cero fallos», aunque está claro que habrían ayudado a reducir la probabilidad y el impacto de tales eventos.
De esta manera, para De Cos los beneficios de estabilidad financiera de Basilea III solo pueden garantizarse si los estándares se implementan según lo previsto, lo que significa tanto la implementación completa y consistente de los estándares como su aplicación a los bancos con actividad internacional.
«Los supervisores deben hacer preguntas difíciles y tomar medidas decisivas para garantizar la seguridad y solidez de los bancos y salvaguardar la estabilidad financiera», ha defendido el español, para quien se trata de «bienes públicos que benefician a la sociedad en general».
«La privatización de las ganancias bancarias y la socialización de las pérdidas extremas no es un resultado aceptable, ha apostillado.