Las restricciones por Covid-19 hacen aumentar el número de niñas en peligro de sufrir mutilación genital femenina
Las restricciones provocadas por la pandemia de Covid-19 afecta directamente a la mutilación genital femenina y los esfuerzos por erradicarla; ya que el cierre de las escuelas, el aumento de la pobreza de las familias, las interrupciones de políticas de protección de la infancia y de las actividades de prevención de la mutilación genital femenina ponen en peligro los logros conseguidos hasta la fecha, tal y como advierten desde Amref.
Así lo han puesto de manifiesto desde la organización con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero Contra la Mutilación Genital Femenina, que se celebra este sábado. De hecho, según un reciente estudio llevado a cabo por el Centro de Excelencia Contra la Mutilación Genital Femenina de Amref Kenia, en regiones rurales del país con alta incidencia de la mutilación genital femenina, el 55 por ciento de los encuestados respondió que los casos habían aumentado desde el confinamiento.
Además, el mismo estudio recoge que el 63,5 por ciento de los encuestados reconocía que habían aumentado los matrimonios infantiles forzados. Asimismo, un 50 por ciento considera que las razones por las que aumentan las mutilaciones genitales femeninas se deben al cierre de las escuelas, y un 20 por ciento lo considera directamente relacionado con la permanencia en casa de las víctimas en los periodos de confinamiento.
DOS MILLONES DE NIÑAS AFECTADAS POR LA PANDEMIA
Así las cosas, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dos millones de niñas podrían sufrir mutilación genital femenina de aquí al 2030 como daño colateral de la pandemia. En este contexto, la creación de nuevos programas contra la mutilación genital femenina, así como el refuerzo de los ya existentes, se hace una prioridad, según señalan desde Amref.
Concretamente, la mutilación genital femenina está criminalizada en 26 países africanos. Sin embargo, para eliminar una práctica tradicional dañina, la ley no es suficiente, pues las comunidades que la practican no han participado en la legislación que la prohíbe y no han recibido campañas de sensibilización que acompañen a esta prohibición.
Tal y como recuerdan desde Amref, la mutilación femenina constituye un tema delicado, ya que conlleva cuestiones culturales, tradiciones ancestrales e intimidad. «No puede abordarse sin implicar a la comunidad en su conjunto; así pues, durante nuestros programas implicamos a todas las personas, no solo a las niñas y a las autoridades, también a los ancianos, los padres y madres y a los jóvenes varones», afirman desde la organización.
«Creemos que la comunidad puede eliminar estas prácticas dañinas manteniendo intacta su identidad cultural creando alternativas seguras», señalan en Amref. Un ejemplo de ello es el programa de ritos de paso alternativos.
Los ritos de paso alternativos van precedidos de acciones de sensibilización sobre los derechos de las mujeres para toda la comunidad y cursos específicos para las niñas sobre salud sexual, higiene y derechos de género. Desde que se inició el programa, más de 20.000 niñas han evitado su mutilación genital femenina y casi 100.000 jóvenes, ancianos, padres y madres han sido educados en los efectos nocivos de la mutilación genital femenina.
Según Amref, este modelo ha conseguido reducir la prevalencia de la práctica hasta en un 24 por ciento en ciertas regiones de Kenia. De hecho, solo en el año 2020, más de 4.500 niñas han evitado su mutilación genital gracias a este programa.