La misión de la UE en el Mediterráneo para controlar el embargo de armas en Libia estará operativa «en días»

BRUSELAS, 29

La operación militar de la UE en el Mediterráneo oriental que controlará el embargo de armas en Libia echará a andar en cuestión de días, después de que la UE haya culminado los trabajos para definir los recursos militares y los detalles técnicos con los que contará la nueva operación, que, en esta primera fase, no contará con medios españoles.

Según han confirmado fuentes diplomáticas a Europa Press, España no contribuirá en esta primer etapa de la misión, lo que no es óbice para que aporte medios a la operación Irene en el futuro .

En rueda de prensa en Bruselas, el portavoz del Servicio de Acción Exterior de la UE, Peter Stano, ha confirmado que la conferencia a Veintisiete culminó el proceso para dotar de medios y recursos a la misión, por lo que ésta será operativa «en los próximos días». «La gran mayoría de los Estados miembros han comprometido personal y recursos», ha señalado.

En concreto, Stano ha detallado que en su primera fase Irene contará con tres medios navales y tres medios aéreos, además de otros tantos recursos navales y aéreos temporales de «apoyo asociado», es decir, hasta que se puedan desplegar nuevos recursos comprometidos por las capitales europeas.

LARGA NEGOCIACIÓN EN LA UE

El camino hacia la nueva misión militar en el Mediterráneo oriental no ha estado exento de contratiempos, dado que el acuerdo político para lanzar la operación tuvo que superar las reticencias de varios países europeos que consideraban que la operación podría generar un efecto llamada a la migración ilegal en Libia.

Por ello, el consenso logrado por el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, se construye en la premisa de que la nueva misión priorice el control del embargo de armas en Libia, dejando a un lado los rescates humanitarios que han dividido en los últimos años a los Veintisiete y, en última instancia, precipitaron el fin de la anterior operación, Sophia .

Austria y Hungría lideraron en el Consejo las posiciones escépticas con la misión, si bien, terminaron aflojando tras arrancar a la UE el compromiso de revisar cada cuatro meses el devenir de la operación. De esta forma, los países preocupados por la migración se aseguran que la misión retirará los buques si se dispara el número de rescates.

En todo caso, Borrell ha insistido en que la ley internacional del mar establece los rescates de embarcaciones a la deriva. Por ello, ante la polémica que suscita este tema, el ofrecimiento de Grecia de abrir sus puertos a los rescates fue clave para solventar los últimos problemas de la nueva misión militar.

Atenas permitirá la llegada de barcos, pero la gestión de los migrantes correrá a cargo de otros mecanismos y fondos europeos aún por determinar. Sobre la acogida de migrantes, la UE se comprometió a buscar una reubicación «sin demora» cuando se produzca este escenario.

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