Academias europeas de Ciencias y Medicina advierten del uso no regulado de la medicina tradicional china

El Consejo Asesor Científico de las Academias Europeas (EASAC, por sus siglas en inglés) y la Federación Europea de Academias de Medicina (FEAM, por sus siglas en inglés) han pedido una revisión del marco normativo europeo para garantizar que la medicina tradicional china cumpla «con los mismos estándares de prueba y evidencia» que la medicina convencional.

«Ha habido ejemplos en los que la medicina tradicional china ha demostrado en ensayos clínicos rigurosos que aporta un beneficio significativo para la salud; por ejemplo, la terapia con artemisinina para la malaria. Puede haber más pistas para el diagnóstico y el beneficio terapéutico aún por descubrir, pero esto no puede significar de ninguna manera que otras afirmaciones sobre estas técnicas puedan ser aceptadas acríticamente», advierte el presidente de la Real Academia Sueca de Ciencias, Dan Larhammar.

Por ello, reclaman a los legisladores europeos que revisen la Directiva de la Unión Europea sobre Productos Médicos Tradicionales a base de Plantas, y aconsejan reexaminar las regulaciones nacionales y los requisitos de etiquetado. «A falta de pruebas científicas sólidas, ningún producto o procedimiento médico, ya sea chino, europeo o de otro tipo, debe ser aprobable, registrable o reembolsable», apunta el presidente de FEAM, George Griffin.

Por otra parte, estas entidades han valorado la inclusión de la medicina tradicional china en la revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Aunque la Organización Mundial de la Salud incluya un capítulo sobre medicina tradicional china en su nueva Clasificación Internacional de Enfermedades, no es automáticamente seguro utilizarla sin pruebas sólidas», alerta Dan Larhammar.

En este sentido, Jos van der Meer, expresidente de EASAC, reconoce que «hay intereses financieros importantes en juego» con respecto a la inclusión de estas técnicas en la CIE-11. «Puede que la OMS no tenga la intención de legitimar y fomentar el uso de la medicina tradicional china sin disponer de pruebas sustanciales. Pero la inclusión en la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades animará a sus partidarios a presionar para que se incorporen al mercado», argumenta.

Estos científicos europeos advierten de que, como resultado, los pacientes «se confundirán sobre qué diagnóstico es apropiado y qué terapia es eficaz». «Pero lo que es peor, algunas medicinas tradicionales chinas pueden tener efectos secundarios graves e interacciones con otros tratamientos. Además, los pacientes pueden estar en riesgo de que las enfermedades graves sean tratadas de manera ineficaz y los procedimientos médicos convencionales se retrasen», concluye van der Meer.

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