Las negociación para las elecciones europeas vuelve a despertar tensiones entre Sumar y sus aliados

La presencia de IU está en el aire hasta después de los comicios vascos y hubo roces antes por la cuotas dentro Sumar y su despliegue territorial

La negociación de la lista a las elecciones europeas ha vuelto a despertar tensiones entre Sumar y sus partidos aliados que todavía siguen abiertas, dado que IU aún mantiene en el aire su presencia en la candidatura y al aplazar su decisión tras los comicios vascos.

No es la única fricción que se ha suscitado hasta la fecha en la actual confluencia de izquierdas, que se produjeron también con el despliegue territorial de Sumar, las cuotas para su dirección estatal y la confección de las listas para el 23J.

La decisión de IU, con sectores de la organización molestos por la oferta de cederles el cuarto puesto cuando ambicionaban el segundo, da al traste con los planes iniciales de Sumar de solventar este proceso en la recta final de la campaña en Euskadi y poner en valor durante unas fechas un acuerdo unitario, que ahora queda a expensas de su respuesta.

La dirección de IU tildó el viernes de «incompleta» la propuesta de Sumar y acordará si se incorpora o no a la candidatura de coalición en una Coordinadora Federal, su máximo órgano definitivo, previo debate con las bases en sus respectivas federaciones.

IU, que ya alertó de que la negociación con ellos estaba en «punto muerto», defendía estar más arriba en la lista a las europeas acorde a su condición de formación estatal, con fuerte implantación municipal con casi 2.000 ediles en todo el país.

Todo ello después de que el jueves Sumar cerrara acuerdos para dar el segundo puesto a los comunes y el tercer puesto para Compromís, que condicionó también su presencia en la candidatura a esa plaza.

Con ello, estas dos fuerzas autonómicas y más vinculadas con los verdes adelantan a IU, que en mayo afronta una asamblea para elegir a su nueva dirección.

MÁS MADRID ADMITE DIFICULTADES EN LA NEGOCIACIÓN

Por su parte, Más Madrid se queda con el quinto puesto, pero admitiendo dificultades en la negociación y poniendo en valor su generosidad para encajar al resto de espacios progresistas.

Uno de los miembros de la dirección de Más Madrid, Héctor Tejero, reivindicó en redes sociales la responsabilidad de su organización que ha hecho «todo lo posible por cuidar el espacio, que se le nota jodido», sin optar por dar «titulares» para favorecer un «acuerdo complicado».

En cuanto a Verdes Equo, fuentes conocedoras de la negociación indican que Sumar les ha ofrecido una plaza que no es de salida y lo consideran insuficiente, por lo que han trasladado explorar la posibilidad de rotación de escaños con algunas de las formaciones durante parte de la legislatura para tener entrada en la eurocámara.

Todo ello con un suelo electoral que pivota, según estiman varios sectores de la coalición, entre cuatro o cinco escaños en la cita electoral europea, lo que ha supuesto recrudecer las demandas de los partidos por ocupar los primeros puestos.

SUMAR: MENOS PRESIONES Y MÁS COLABORACIÓN

En Sumar, fuentes internas remarcan que todas las negociaciones para las listas son difíciles, dado que tensan a los partidos, y que pese a recibir propuestas de máximos mostraron paciencia, talante negociador y diversas opciones de configuración de la candidatura. Además, destacan que se ha priorizado su ubicación en la lista y que Sumar no tiene cuota en puestos de salida y ha propuesto a una cabeza de lista de consenso, en la figura de Estrella Galán.

Así, confían en el acuerdo aunque lamentan que haya organizaciones que opten por elevar la presión en vez de una actitud más colaborativa, conocedores que las posiciones de salida son limitadas. Además, agregan que también se debe poner en valor una visión de conjunto y evaluar su representatividad dentro de Sumar, tanto en el Congreso o en el Gobierno.

Este conflicto que sigue abierto se produce con una caída de Sumar en las encuestas, dado que por ejemplo el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) otorga una bajada de hasta el 8,2% en intención de voto, algo que llevó a IU a pedir autocrítica y generar un proyecto de confluencia que implique no perder aliados.

PUGNA CON PODEMOS

Durante su corta trayectoria la nueva formación de Díaz ha tenido que lidiar con algunos pulsos con los partidos como la intensa pugna con Podemos, que rompió a finales de año con Sumar, para los puestos en la candidatura de las pasadas elecciones generales y también por quedar fuera del Gobierno tras demandar que su cuota fuera la exministra Irene Montero.

Discrepancias que se evidenciaron con los morados también en el Congreso, que denunciaron invisibilidad durante su breve estancia en el grupo plurinacional antes de irse al Mixto.

Ahora, competirán de nuevo con Sumar tanto en Euskadi, donde también se juegan su presencia institucional, como sobre todo en las elecciones europeas, que Podemos ha fijado como su apuesta para rearamarse y medir fuerzas frente a Sumar en unos comicios de nivel nacional y con circunscripción única.

Este viernes el exlíder de la formación morada Pablo Iglesias expresó su convicción durante un mitin en Bilbao que Podemos está volviendo y arremetió contra Sumar, que considera un «apéndice del PSOE» además de arremeter contra la izquierda que «no siver para nada».

ROCES POR LAS CUOTAS EN SUMAR Y SU DESPLIEGUE TERRITORIAL

Si bien el reparto de las carteras ministeriales fue tranquilo en Sumar Y las fricciones también se suscitaron en la construcción orgánica de Sumar, tanto en lo referido a ceder solo el 30% de su dirección estatal a los partidos, que ha mantenido aunque fue discutida por IU, y sobre todo en lo referido a su despliegue territorial.

Por ejemplo, Más Madrid mandó mensajes de advertencia tras la celebración de asambleas locales con motivo de su asamblea estatal, que se atajaron con un acuerdo bilateral que les reconocía como fuerza mayoritaria pero que sin embargo desairó a IU Madrid, que pidió explicaciones.

También Compromís, que rehusó formar parte orgánicamente de Sumar y se limita a ser mero aliado electoral, lanzó también recelos sobre la implantación territorial de Sumar, que ha replicado siempre que tiene acordado con las fuerzas autonómicas que en ningún caso habrá competencia electoral en sus comunidades.

Por otro lado, Sumar optó en su ponencia organizativa por ceder más peso a los partidos en su despliegue autonómico, al pautar que se podrá excepcionar en los grupos territoriales (la dirección primigenia a nivel regional) la cuota del 30% para las formaciones y que el cupo del 70% que le corresponde debe acometerse por consenso y, en caso de no ser posible elegirán las bases por primarias.

Una modificación de su texto original sobre todo ante las peticiones que partían sobre todo desde el ámbito de IU en Andalucía y el PCA.

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