Las nanopartículas de sílice mesoporosas pueden destruir células tumorales de forma «selectiva y segura», según experto
Las nanopartículas de sílice mesoporosas «pueden destruir células tumorales de forma selectiva y segura, reduciendo además la toxicidad de la terapia antitumoral», según ha explicado el investigador Alejandro Baeza García, de la Universidad Complutense y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).
También, el uso de nanovehículos «estratégicamente diseñados y capaces de reconocer las células tumorales» ha proporcionado alternativas prometedoras para la erradicación precisa y segura del tumor, ha indicado el especialista, quien ha señalado que la nanomedicina «se ha convertido en un arma novedosa en la lucha contra esta compleja enfermedad», durante en un simposio organizado por la Fundación Ramón Areces.
La coordinadora de este encuentro, María Vallet, ha aclarado que «el desarrollo de sílice mesoporosa ordenada a principios de los 90 fue un paso considerable que ha impulsado actividades de investigación en cientos de laboratorios en todo el mundo».
Además, ha explicado que «el número de aplicaciones se ha multiplicado por muchos enteros. Desde la catálisis hasta la nanomedicina, la utilización de estos materiales es inmensa. Esta afirmación se sustenta con las más de 70.000 publicaciones encontradas sobre este tipo de materiales en estos 27 años».
El investigador Fuyuhiko Tamanoi, del Departmento of Microbiología, Immunología y Genética Molecular de la Universidad de California (UCLA), ha indicado cómo «debido a la estabilidad relativa de estos materiales mesoporosos, se pueden aplicar varias máquinas para estimular esas nanopartículas bien con luz o campos magnéticos para favorecer la liberación inducida de medicamentos contra el cáncer».
«Las nanopartículas pueden proporcionar un control efectivo de la velocidad de liberación y la distribución tisular de su carga útil de fármaco, lo que conducirá a cambios farmacocinéticos y farmacodinámicos importantes en relación con el fármaco libre», ha explicado el presidente del Instituto Oncológico de Shaare Zedek, en Israel, Alberto Gabizon.
Los materiales mesoporosos también se postulan como una prometedora herramienta para el tratamiento de otras muchas enfermedades. En este sentido, Isabel Izquierdo-Barba, de la Universidad Complutense y del CIBER-BBN, ha apuntado a cómo los dispositivos mesoporosos de administración de antimicrobianos están demostrando una eficacia terapéutica alta en tratamientos antibióticos convencionales.
«La infección bacteriana constituye una gran amenaza para la salud mundial y la resistencia a los antibióticos de las bacterias comunes ha alcanzado niveles alarmantes. De hecho, el mundo podría estar pasando a una era post-antibiótica . El enorme potencial de los materiales mesoporosos como plataformas multifuncionales ofrece muchas oportunidades en este campo», ha asegurado esta investigadora.
«MÁS DEL 30% DE LOS PACIENTES CON CÁNCER RECIBE UN TRATAMIENTO INEFICAZ»
«Más del 30 por ciento de los pacientes con cáncer recibe una medicación ineficaz que no afecta a su enfermedad. Esta situación devastadora causa efectos secundarios innecesarios e incurre en complicaciones médicas, además de en costes», según el director del Laboratorio de Medicina Personalizada de Instituto de Tecnología de Israel, Avi Schroeder.
El sistema actúa como «una prueba de alergia realizada dentro del tumor del paciente, probando la actividad de pequeñas dosis de diferentes medicamentos y generando información específica de la actividad del enfermo. Usando esta prueba de diagnóstico, es posible entregarle en menos de una semana una receta personalizada. Es un ejemplo más del impacto y del futuro prometedor que la nanotecnología va a tener en el futuro de la medicina», ha añadido.
Por último, Baeza García ha concluido que la falta de selectividad «es uno de los principales inconvenientes de la quimioterapia actual», y que «este hecho induce una toxicidad severa en los pacientes que obliga a la interrupción del tratamiento y, por lo tanto, compromete drásticamente las posibilidades de curación.