Las últimas investigaciones en La Garma descubren una cabaña paleolítica construida hace 16.800 años
Pablo Arias y Roberto Ontañón, al frente del proyecto desde 1996, han presentado los resultados en el Museo Arqueológico Nacional
Las últimas investigaciones arqueológicas en la cueva de La Garma (Ribamontán al Monte) han permitido documentar «con gran detalle» una cabaña que se construyó hace 16.800 años y que es una de las viviendas paleolíticas mejor conservadas de todo el mundo.
Ocupa un espacio oval de unos 5 metros cuadrados, delimitado por una alineación de bloques de piedra y estalagmitas que fijaban al suelo una estructura de palos y pieles apoyada contra una cornisa de la pared de la cueva.
En el centro de la cabaña había una pequeña hoguera, alrededor de la cual se ha encontrado multitud de vestigios de las actividades cotidianas del grupo de cazadores y recolectores magdalenienses que la habitó: fabricación de instrumentos de piedra, asta y hueso, procesado de las piezas de caza, trabajo de las pieles, etcétera.
Además, se han documentado 4.614 objetos, en su mayor parte huesos de ciervos, caballos y bisontes, pero también 600 piezas de sílex, azagayas, agujas y un protoarpón, así como conchas de moluscos marinos.
A esta serie de restos de fauna o instrumentos ligados a la subsistencia, se suman huesos decorados, entre ellos una espectacular falange de uro perforada, con una representación grabada de ese mismo animal y de una cara humana, pieza única en el Paleolítico europeo, y varios colgantes que los moradores llevaban como adorno.
Así lo han dado a conocer el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias, y el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, Roberto Ontañón, ambos al frente del proyecto de investigación, que han presentado esta mañana los resultados de estos trabajos en el Museo Arqueológico Nacional.
Al acto han asistido también la directora de la Fundación Palarq, con cuyo apoyo se han desarrollado estos últimos trabajos, Carolina Bähr Vollenweider; la directora del Museo Arqueológico Nacional, Isabel Izquierdo, y los investigadores del proyecto, Rodrigo Portero y Carlos García-Noriega.
La Garma es un excepcional conjunto arqueológico incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en el que, desde su descubrimiento en 1995, se desarrolla un ambicioso proyecto de investigación financiado por el Gobierno de Cantabria y que en 2021 recibió el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq.
Según han explicado Arias y Ontañón, está previsto que una reproducción de esta estructura se instale próximamente en la zona expositiva del Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo, y el próximo 15 de febrero ambos presentarán los resultados de este proyecto en una conferencia que se celebrará en el Museo Arqueológico Nacional.
La documentación de este hábitat del Magdaleniense medio ha requerido dos años de trabajo continuo de un equipo interdisciplinar en el que se ha utilizado una innovadora metodología basada en la aplicación de técnica no invasiva y que ha contado con la participación de investigadores del Instituto de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria y la colaboración investigadores de las universidades de la Rochelle, York, Toulousse, Salamanca y Oxford, y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
CÁPSULA DEL TIEMPO PREHISTÓRICA
La Fundación Palarq premió el proyecto de investigación de La Garma por considerar que alberga un yacimiento único en el mundo para documentar los modos de vida, el ritual y simbolismo de los grupos del Paleolítico, en su galería inferior, y una de la secuencias culturales más amplias y completas de la prehistoria europea, con un gran conjunto de arte rupestre y una de las colecciones de arte mobiliar paleolítico más relevantes del mundo.
En La Garma se documentan las más antiguas evidencias de presencia humana del Cantábrico, ocupaciones de todas las etapas del Paleolítico superior, excelentes pinturas y grabados de esta última época, dos concheros y una sepultura del Mesolítico, estructuras funerarias del Calcolítico y la Edad del Bronce, un castro de inicios de la Edad de Hierro, y tumbas y otros testimonios del periodo visigodo y la alta Edad Media. Una larga y completa secuencia arqueológica que se encuentra en muy pocos lugares del mundo.
La entrada original a la cueva quedó cegada por un derrumbe durante la última glaciación, lo que la ha convertido en una auténtica cápsula del tiempo prehistórica, donde sin necesidad de realizar excavaciones se pueden observar los restos de actividades de los cazadores prehistóricos, tal y como los dejaron sus últimos habitantes hace unos 16.700 años.
Por ello, la Galería Inferior de La Garma es uno de los yacimientos más relevantes del Paleolítico mundial y probablemente el más prometedor de los que se están documentando en la actualidad, ha destacado el Gobierno de Cantabria.