Las imágenes de satélite evidencian la destrucción de la región siria de Idlib
Cerca de un tercio de los edificios de dos ciudades situadas en el frente de combate de la región siria Idlib han sufrido graves daños o están destruidos, según un estudio elaborado a partir de imágenes de satélite y que evidencia también el crecimiento de los campamentos de desplazados en la zona norte de esta provincia.
El análisis, realizado por Save the Children, World Vision y la Universidad de Harvard, expone el impacto que está teniendo sobre la sociedad civil la ofensiva lanzada por el régimen de Bashar al Assad sobre el último gran bastión rebelde de Siria.
Desde diciembre, unas 950.000 personas han abandonado sus hogares, más de la mitad de las cuales son niños, según datos de la ONU. Estas personas se ven «empujadas a malvivir en campamentos superpoblados y en condiciones de vida inhumanas», han lamentado en un comunicado conjunto Save the Children y World Vision.
A través del Programa Signal, el centro Harvard Humanitarian Initiative ha estudiado una serie de imágenes captadas por satélite desde 2017 hasta el 26 de febrero de 2020. De estas fotografías, correspondientes a la zona meridional y oriental de Idlib, se deduce que cerca de un tercio de los inmuebles e infraestructuras han sufrido daños graves o están destruidos, lo que complicaría el retorno de los desplazados.
Por otra parte, dos campamentos de desplazados erigidos en el norte de Idlib han aumentado su extensión un 100 y un 177 por ciento desde 2017, mientras que también se han detectado otros enclaves, tanto formales como informales, en áreas destinadas previamente a la explotación agrícola.
«Mi familia y yo vinimos aquí por los ataques. Primero nos refugiamos en una mezquita y luego tuvimos que venir aquí. No pudimos encontrar nada más», cuenta Othman, de nueve años, desde uno de estos campos. «En mi ciudad no queda nadie. Todos mis amigos se han ido. Han matado a todo el mundo», lamenta.
Fadi, de quince años, trabaja junto a su hermano transportando ladrillos para obtener algún ingreso adicional con el que poder ayudar a su familia, que huyó sin apenas tiempo para coger unos colchones, varias mantas y algo de ropa. Este adolescente perdió un brazo en un ataque aéreo.
SIN ACCESO A LO BÁSICO
La directora de Save the Children en Siria, Sonia Khush, ha lamentado que, como Othman y Fadi, «medio millón de niños y niñas están hacinados en campamentos y refugios en la frontera con Turquía sin acceso a lo más básico». Las familias, ha lamentado, están «al límite» y las organizaciones humanitarias, «abrumadas» por la magnitud de las necesidades.
Por este motivo, ha llamado a la acción: «El mundo no puede seguir mirando y esperando mientras los niños y las niñas son asesinados, heridos y desplazados a una escala tan masiva».
El director de World Vision en Siria, Johan Mooij, también ha lanzado un mensaje similar, recordando que solo un alto el fuego «puede poner fina esta miseria», en la que los niños padecen «desnutrición, frío y ansiedad». Para muchos de ellos, no existe otra realidad «que la guerra y la huida», habida cuenta de que el conflicto sirio cumple ya este marzo nueve años.
«Niños y niñas de cinco o seis años conocen el nombre de cada tipo de bomba por su sonido mientras que no saben escribir su nombre porque nunca han estado escolarizados. Ningún niño ni ninguna niña debería verse sometido a tal sufrimiento», ha advertido Mooij.