Las fuerzas del Gobierno de unidad de Libia logran nuevos avances al sur de Trípoli y se acercan a Tarhuna
Las fuerzas leales al Gobierno de unidad de Libia han logrado este viernes nuevos avances al sur de la capital, Trípoli, y se están acercando a la localidad de Tarhuna, en el marco de una serie de ofensivas recientes que han hecho perder terreno al mariscal de campo Jalifa Haftar en varias zonas del país africano.
Las fuerzas de Trípoli se han hecho durante la jornada con el campamento militar de Tikbali y han continuado su avance hacia Tarhuna, en el marco de «logros significativos» en la zona, según fuentes militares citadas por el diario The Libya Observer .
Tarhuna es una localidad de importancia estratégica tomada por Haftar tras el inicio de su ofensiva contra Trípoli en abril de 2019. La ciudad, situada unos 80 kilómetros al sur de la capital, se encuentra en un cruce de carreteras que conecta con Joms, en la costa, y Bani Ualid, al suroeste.
Las fuerzas de Trípoli han lanzado durante la jornada panfletos en la ciudad para pedir a las fuerzas de Haftar que entreguen las armas y se rindan, según ha confirmado la Operación Volcán de Ira a través de su cuenta en la red social Twitter.
«Pedimos que os alejéis de las zonas en las que hay milicianos y os quedéis en casa», se puede leer en los panfletos, en los que además se pide a los civiles que «no permitan que los milicianos» entren en sus casas.
«Toda persona armada es objetivo de nuestras fuerzas por tierra y aire. Los que entreguen las armas están a salvo. La batalla ha sido resuelta militarmente. No queremos más sangre», agregan los panfletos.
Estos avances han llegado un día después de que el portavoz de las fuerzas del Gobierno de unidad, Mohamed Gununu, confirmara la toma de la localidad de Al Asaba, de la que se retiraron las fuerzas de Haftar tras varios días de enfrentamientos.
Por su parte, la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) ha expresado su «gran preocupación» por los «acontecimientos militares y movilización en los alrededores de la ciudad de Tarhuna» y ha recordado a todas las partes «sus obligaciones con el Derecho Humanitario».
Así, ha advertido contra «cualquier acto de venganza, incluidos ataques contra civiles, castigos extrajudiciales, saqueos, robos e incendios de propiedades públicas y privadas». «La UNSMIL pide a todas las partes que eviten una escalada militar y recurran a medios pacíficos», ha zanjado.
El Gobierno de Rusia reiteró el jueves su petición de un alto el fuego «inmediato» y de «relanzar» el proceso mediado por la ONU, tras los últimos reveses sufridos por Haftar –al que está apoyando en el marco del conflicto–, incluida la toma el lunes de la base aérea de Uatiya, situada al suroeste de la capital.
LA ONU DENUNCIA LA INJERENCIA EXTRANJERA
La representante especial de la ONU para Libia y jefa de la UNSMIL, Stephanie Williams, denunció el martes un «alarmante» aumento de las operaciones militares en Libia fomentado por la injerencia extranjera y criticó la creciente «violencia, crueldad e impunidad» en el marco del conflicto.
«Creo que hemos llegado a otro punto de inflexión en el conflicto. Por lo que hemos visto sobre el flujo masivo de armas, equipamiento y mercenarios a ambas partes, la única conclusión que podemos sacar es que la guerra se intensificará, expandirá y profundizará, con consecuencias devastadoras para el pueblo libio», lamentó.
El conflicto en Libia se recrudeció en abril de 2019, cuando las fuerzas lideradas por Haftar lanzaron una ofensiva para hacerse con Trípoli, sede del Gobierno de unidad, creado a raíz del Acuerdo Político y que cuenta en estos momentos con el apoyo de Naciones Unidas.
El inicio de las operaciones militares encabezadas por Haftar llegó tras varios años de intentos infructuosos de lograr una solución política a la fragmentación en diversas administraciones tras la captura y ejecución de Muamar Gadafi en octubre de 2011.
La duplicidad institucional se retrotrae a las elecciones parlamentarias de 2014, que dividieron las administraciones, sin que las asentadas en el este –anteriormente reconocidas por la comunidad internacional– y el Gobierno de unidad, surgido de un acuerdo en 2015, consiguieran pactar su unificación desde entonces.