Las ETT intermediaron uno de cada cinco contratos temporales en 2020, según Asempleo
Las empresas de trabajo temporal intermediaron uno de cada cinco contratos temporales en 2020, según datos de la patronal Asempleo, que pone de relieve que la flexibilidad laboral ha sido indispensable en un año «marcado por los cambios normativos».
Asimismo, ha remarcado que la temporalidad ha permitido acelerar la recuperación de empleo desde el inicio de verano, aunque ha afirmado que los trabajadores temporales «han sido los que más han sufrido durante esta crisis sanitaria».
Asempleo ha puesto en valor que las ETT han desempeñado «un papel fundamental» a lo largo de toda la crisis sanitaria iniciada en marzo, «no solo ateniendo con eficacia a sectores esenciales, sino aportando toda la capacidad y experiencia para crear empleo en una etapa de gran incertidumbre».
Los jóvenes han sido los que más se han beneficiado del incremento de la actividad de las ETT, así como los trabajadores de la industria manufacturera. De hecho, la tasa de participación media de los trabajadores de menos de 45 años rondó el 27% en diciembre.
Asempleo ha destacado el impacto que se ha registrado en el sector de la hostelería, ya que ha pasado del 15% de 2019 al 6% del peso de la contratación de las empresas de trabajo temporal en 2020.
Además, los contratos intermediados por las ETT han crecido con mayor rapidez a lo largo de 2020 en la industria manufacturera, pasando de representar el 27% en 2019 al 32% en 2020.
Por regiones, la mayor tasa de participación de las ETT se ha registrado en Murcia (52,8%). También destacan las tasas de Navarra (34%), Comunidad Valenciana (32,1%), Castilla y León (30,3%) y Aragón (30%). Las menores tasas se han registrado en Extremadura (2,4%) y en Baleares (4,9%).
El presidente de Asempleo, Andreu Cruañas, ha afirmado que las comunidades autónomas con mayores tasas de participación de las ETT «presentan un impacto en el empleo relativamente más suave que aquellas en las que la participación es menor». «Para la reasignación sectorial de recursos en la que está inmersa la economía, esta flexibilidad resulta esencial», según Cruañas.
También ha puesto de relieve que «la resiliencia del mercado de trabajo español frente al gran golpe que ha supuesto la pandemia, ha sido muy notable». «No obstante, añadiendo los trabajadores en ERTE, todavía sufrimos un grado de infrautilización de la fuerza de trabajo preocupante respecto a la situación pre-pandemia», según Cruañas.
Además, ha remarcado que las ETT, «como figura creada para la gestión profesional de la temporalidad», están dotadas de un marco garantista y de «importantes» elementos de refuerzo de la empleabilidad de los trabajadores.
Por ello, considera que las ETT deben verse impulsadas y reconocidas por su propia actividad como fórmula para facilitar la flexibilidad externa de las empresas y para frenar la temporalidad injustificada, «partiendo de la base de dotar a las empresas de fórmulas de flexibilidad, compatibles con la estabilidad en el empleo y el aumento de la ocupabilidad de los trabajadores».
«Los datos han constatado que las ETT hacen una gestión más eficiente y controlada de la temporalidad, y su actividad garantiza no sólo los derechos de los trabajadores, su acceso al empleo y el tránsito al trabajo estable sino que, en la lucha contra la temporalidad ilegal, la ETT sirve como elemento para combatir el fraude en la contratación, tanto pública como privada», ha añadido.