Las empresas son clave en el abordaje del cáncer promoviendo hábitos saludables y la prevención, según expertos
Las empresas tienen un papel clave en el abordaje del cáncer ya que pueden promover hábitos de vida saludables y la prevención de factores de riesgo, además de facilitar a los pacientes con cáncer compaginar su enfermedad con el trabajo si lo desean, según informa la guía El Cáncer en la empresa II: Apuntes prácticos para Recursos Humanos , realizada por MD Anderson Cancer Center Madrid y Cigna España.
«Las empresas son una parte clave en el abordaje del cáncer, tanto en la promoción de hábitos de vida saludable y prevención de los factores de riesgo, como en el acompañamiento de las personas diagnosticadas, ya sean empleados o sus familiares. Por este motivo, apostamos por esta alianza que fomenta la cultura de apoyo al cáncer en el tejido empresarial español además de incrementar la sensibilización sobre los retos que supone esta enfermedad», ha declarado el director médico de MD Anderson Cancer Center Madrid, el doctor Santiago González, durante la presentación de la guía.
De esta manera, el documento recoge la situación actual del cáncer en España tras la pandemia del Covid-19, además de las distintas estrategias que pueden seguir los profesionales de recursos humanos y responsables de la gestión de equipos de las empresas para hacer frente a la prevención y gestión de casos de cáncer entre sus empleados.
Actualmente, cada año, cerca de 300.000 personas son diagnosticadas de cáncer en España, de las cuales más de un tercio son menores de 65 años y trabajadores en activo. Por ello, las empresas, desde sus áreas de Recursos Humanos y servicios médicos disponen de una situación privilegiada para «inspirar una cultura corporativa que haga frente a los desafíos del cáncer».
En este contexto y, partiendo de los retos psicológicos, sociales y laborales a los que el empleado con cáncer debe enfrentarse, la formación planteará una serie de indicaciones para respaldarlo a lo largo de todo el proceso oncológico, abordando cuatro momentos clave: prevención, diagnóstico, tratamiento y reincorporación laboral, en los que será fundamental considerar las necesidades del paciente.
«Hay que estar preparados para el diagnóstico, valorar el impacto que puede tener ese diagnóstico en esa persona, ayudarle en el proceso y, después, ayudarle en su reincorporación al trabajo», ha explicado la directora médica de Cigna Healthcare, la doctora Isabel López, durante la presentación de la Guía.
Así, la guía establece que, en la fase de anticipación, la empresa debe «estar preparada para responder ante la posible notificación de un diagnóstico»; a continuación, la gestión del impacto consiste en que, tras el diagnóstico, «la empresa active medidas que ayuden al empleado a aceptar sus nuevas circunstancias»; después comienza la fase de acompañamiento en la que se debe «llevar a cabo un seguimiento de su bienestar durante el tratamiento»; y, por último, tras superar la enfermedad comienza la fase de readaptación, en la que la empresa debe «poner en marcha acciones que faciliten su vuelta al trabajo de forma gradual».
«Es fundamental la prevención primaria. Pasamos el mayor tiempo de nuestro día a día en el trabajo y las empresas son el vehículo fundamental para la prevención. Las empresas pueden identificar y analizar con datos en qué situación está el paciente y determinar cuáles son sus necesidades fundamentales. También es fundamental el apoyo psicológico al empleado», ha apuntado la E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare, la doctora María Sánchez.
Asimismo, la guía establece unas claves para dar un respaldo legal a los pacientes con cáncer sea cual sea su decisión, es decir, si deciden seguir trabajando durante su tratamiento o si, por el contrario, deciden coger su baja.
En el caso de que el paciente decida seguir trabajando tras el diagnóstico de cáncer, el documento establece que «lo ideal es ayudarles a armonizar el tratamiento con el trabajo, proporcionándoles opciones como la reducción de jornada, el teletrabajo o cualquier otro ajuste que les permita continuar con la actividad laboral de la forma más sencilla y eficiente».
Además, la empresa debe «respetar su derecho a ausentarse de su puesto de trabajo para acudir al médico y realizarse las respectivas pruebas médicas» y, en el caso de que el empleado recibiera alguna represalia por su condición y se prescindiera de sus servicios, se estaría incurriendo en «una discriminación por razón de enfermedad y el despido sería nulo de pleno derecho».
Si, por el contrario, el estado de salud del paciente no permitiera continuar con sus obligaciones laborales, el médico prescribirá un certificado de incapacidad temporal. Este documento otorga el derecho a acogerse a una baja laboral de 12 meses, con seis meses más de prórroga, siendo el tiempo máximo que pueden tomarse legalmente. Los pacientes recibirán el alta médica en caso de curación, pero también cuando se agote el plazo máximo de la baja (365 días más prórrogas), hayan terminado, o no, el tratamiento.
Entre sus opciones legales, el empleado puede solicitar una excedencia o, si lleva más de 18 meses de baja, pedir la incapacidad permanente, que será decidida por Instituto Nacional de la Seguridad Social. «En una empresa que se guía por una cultura corporativa de apoyo al cáncer, es conveniente promover un sistema de autorización de ausencias, más amplio, que respalde al empleado en el caso de que su situación se prolongue, así como facilitar las vías adecuadas para una posible reincorporación progresiva», indica la guía.
Por otro lado, el documento hace un radiografía sobre la situación, prevención y diagnóstico de los cánceres de mayor prevalencia que son: el cáncer de mama, colorrectal, próstata y pulmón, con el fin de facilitar a las empresas la mayor información posible sobre sus síntomas, factores de riesgo y tratamientos para poder actuar en cada caso de la manera más adecuada. También establece un plan de prevención con actuaciones concretas para estos tipos de cáncer.
PILARES QUE CONTRIBUYEN AL BIENESTAR DEL EMPLEADO CON CÁNCER
Además de las actuaciones concretas para facilitar el proceso del paciente con cáncer, existen otros factores que contribuyen al bienestar integral del empleado con cáncer como: el descanso, la nutrición, el ejercicio físico, el bienestar emocional o el cuidado de la piel. Para todos ellos la guía establece un Plan concreto de acciones que pueden llevarse a cabo desde las organizaciones.
En este sentido, el responsable de la Unidad Nutricional Clínica y Dietética de MD Anderson, el doctor Pedro Robledo, ha destacado que, en el aspecto nutricional la empresa tiene una gran labor y que «tiene que haber una parte saludable ofrecida en la cantina o el bar», aunque ha afirmado que las empresas actualmente «se preocupan mucho porque haya comida saludable».
Así se establece también en el Plan ofrecido en la Guía que apuesta porque las empresas deberían facilitar el acceso a menús saludables basados en la dieta mediterránea (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, carnes magras y pescado), evitando ofrecer productos con excesivo aporte energético que contribuyen al desarrollo de obesidad, diabetes o hipertensión.
Además, el teletrabajo podría ser una alternativa para los empleados con cáncer ya que, de esta manera, podrían cocinar sus propios alimentos y llevar una alimentación más controlada. «Si se le tiene que ofrecer a la persona trabajar desde casa para poder cocinar mejor por esas necesidades derivadas de ese tratamiento hay que adaptarse», ha apuntado el médico especialista en medicina del trabajo de Telefónica, el doctor Raúl Rodríguez Rodríguez.