Las emisiones de CO2 vuelven a crecer un 7% al descender la energía limpia y aumentar la de carbón, según BP
La sequía en España rebaja un 49% el consumo de energía hidroeléctrica y aumenta un 29% la de carbón en 2017
La histórica sequía que se registró en España el año pasado produjo un desplome del consumo de energía hidroeléctrica de un 49% y un aumento del consumo de carbón del 29%, lo que ocasionó un incremento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del 7% en 2017, el aumento más alto desde el año 2012.
Según los resultados de un informe realizado por la petrolera BP, el consumo total de energía en España se incrementó el año pasado un 1,8%, continuando, así, con la tendencia alcista iniciada en 2015, mientras que la generación eléctrica se incrementó un 0,6%.
En lo que respecta al consumo, el petróleo acabó copando el 46,7% del mercado, seguido del gas natural, con un 19,8%; de las energías renovables, con un 11,3%; del carbón, con un 9,7%; de la nuclear, con un 9,5%; y de la hidroeléctrica, con solo un 3%.
La fuente de energía que más incrementó su consumo fue el carbón, con un 29% más, seguido del gas natural, con un 10,2% más; de las renovables, que consiguieron aumentar un 2,2%; y del petróleo, con un 1,2% más, mientras que la energía nuclear disminuyó un 0,6% y la hidroeléctrica un 49%.
Por su parte, el cambio en los patrones de consumo influyó en los modelos de generación eléctrica. Mientras que la hidroeléctrica pasó de representar el 13,2% del año anterior al 6,7%, la del carbón pasó mantener una cuota del 13,6% al 16,6% y la del gas natural pasó del 19,6% al 22,9%. El resto de energías se mantuvieron estables.
Para el presidente de BP en España, es necesario «no decaer en los esfuerzos para seguir impulsando una energía limpia y avanzar en la economía baja en carbono, a pesar de que 2017 ha sido un año en el que las emisiones han vuelto a crecer, fruto de los cambios coyunturales en el mix energético».
EL CARBÓN CRECE POR PRIMERA VEZ DESDE 2013
En el conjunto del mundo, la demanda global de energía creció un 2,2%, acompañada de un incremento de las emisiones de CO2 del 1,6%, del que seis de cada 10 puntos de aumento provinieron de los países de fuera de la OCDE.
No obstante, las energías renovables crecieron un 17%, seguidas del gas natural, que aumentó un 3%. La energía nuclear creció un 1,1%, sobre todo en China y Japón; la hidroeléctrica aumentó un 0,9%, lastrada por la caída registrada en Europa; el carbón creció un 1%, su primer incremento desde 2013; el petróleo, un 1,8%.
De esta forma, el mix energético estuvo formado por un 34% de petróleo; un 27% de carbón; un 23% de gas natural; un 15% de energías no fósiles; un 7% hidroeléctrica; un 3,6% renovable; y un 4,4% nuclear.