Las condiciones laborales precarias pueden aumentar el riesgo de muerte prematura, según un estudio
Las personas sin un contrato de trabajo seguro pueden reducir su riesgo de muerte prematura en un 20 por ciento si consiguen un empleo fijo, según informa un estudio del Instituto Karolinska en Estocolmo en Suecia.
La investigación, publicada en The Journal of Epidemiology and Community, indica que los resultados apuntan a la necesidad de mejorar la seguridad del empleo en el mercado laboral sueco.
En este sentido, el empleo precario es un término que se utiliza para describir trabajos con contratos cortos (por ejemplo, temporales), salarios bajos y falta de influencia y derechos, todo lo cual conduce a una vida laboral sin previsibilidad ni seguridad.
En el presente estudio, los investigadores han examinado cómo afecta esto al riesgo de muerte. «Es el primer estudio que demuestra que cambiar de un empleo precario a otro seguro puede reducir el riesgo de muerte», ha afirmado el último autor del trabajo, Theo Bodin, profesor adjunto del Instituto de Medicina Ambiental del Instituto Karolinska.
«Es lo mismo que decir que el riesgo de muerte prematura es mayor si uno sigue trabajando en empleos sin un contrato laboral seguro», ha añadido el profesor.
Los investigadores utilizaron datos de registro de más de 250.000 trabajadores en Suecia de entre 20 y 55 años recogidos en un periodo de 2005 a 2017. El estudio incluyó a personas que trabajaban en condiciones laborales precarias y que luego pasaron a condiciones laborales seguras.
Los que pasaron de un empleo precario a uno seguro tenían un riesgo de muerte un 20 por ciento menor, independientemente de lo que ocurriera después, en comparación con los que permanecieron en un empleo precario. Si permanecían en un empleo seguro durante 12 años, el riesgo de muerte disminuía un 30 por ciento.
«Utilizar esta gran base de datos de población nos permitió tener en cuenta muchos factores que podrían influir en la mortalidad, como la edad, otras enfermedades que pueden padecer los trabajadores o cambios vitales como el divorcio», ha explicado Nuria Matilla-Santander, profesora adjunta del mismo instituto y primera autora del estudio, que ha añadido que «gracias a los métodos que utilizamos, podemos estar relativamente seguros de que la diferencia en la mortalidad se debe a la precariedad del empleo y no a factores individuales».
«Los resultados son importantes porque muestran que la elevada tasa de mortalidad observada en los trabajadores puede evitarse. Si reducimos la precariedad en el mercado laboral, podemos evitar muertes prematuras en Suecia», ha destacado Matilla-Santander.
Ahora, la siguiente fase de la investigación consiste en examinar las causas específicas de la mortalidad en este sentido.