Las bacterias resistentes a antibióticos del medio ambiente rara vez se transfieren a los humanos, según un estudio
Un equipo internacional de científicos que investiga la transmisión de una bacteria mortal resistente a los medicamentos ha descubierto que, aunque se encuentran en el ganado, los animales domésticos y el medio ambiente en general, rara vez se transmiten a los humanos por esta vía.
El trabajo, publicado en la revista científica Nature Microbiology , ha investigado la prevalencia de la Klebsiella , una familia de especies bacterianas que vive inofensivamente en los intestinos, pero que puede ser peligrosa si se extiende a otras partes del cuerpo.
Klebsiella pneumoniae es la especie más conocida de esta familia, que puede causar neumonía, meningitis, infecciones del tracto urinario e infecciones en el torrente sanguíneo.
Estas bacterias son ahora muy resistentes a los antibióticos, y algunas cepas son incluso resistentes a los carbapenems, uno de los llamados antibióticos de «último recurso» que sólo se utiliza cuando ningún otro tratamiento antibiótico funciona.
La Klebsiella ha superado al SARM como problema sanitario, con tasas en constante aumento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido a esta bacteria como un patógeno asociado a la atención sanitaria de prioridad crítica.
Además de en los hospitales, el microbio también se ha detectado en el medio ambiente, incluido el ganado y las aguas residuales, pero hasta ahora no estaba claro si la bacteria se transmitía entre entornos clínicos y no clínicos.
En el estudio a mayor escala jamás realizado, el equipo recogió 6.548 muestras a lo largo de un periodo de 15 meses en diferentes lugares de la ciudad italiana de Pavía y sus alrededores, donde este patógeno es un problema importante en los hospitales, y las analizó mediante técnicas de secuenciación del genoma completo para detectar e identificar cualquier bacteria Klebsiella presente.
El equipo tomó muestras de pacientes en los hospitales y de portadores sanos en la comunidad, así como de granjas, charcos, animales domésticos e incluso moscas domésticas y otros insectos para detectar la presencia de la bacteria.
A partir de ahí, encontraron 3.482 aislamientos que incluían 15 especies diferentes de Klebsiella , y la mitad de las muestras positivas contenían K. pneumoniae .
Cuando el equipo secuenció genéticamente las bacterias para averiguar qué cepas estaban presentes, descubrió que había muy poca coincidencia entre los bichos encontrados en los hospitales y los encontrados en el medio ambiente.
«Las infecciones por Klebsiella son cada vez más resistentes a los antibióticos, por lo que, mientras que antes se podían tratar fácilmente la mayoría de las infecciones del tracto urinario, ahora es más frecuente que los pacientes sufran infecciones que vuelven a aparecer y causan problemas», ha comentado el líder del trabajo, el profesor Ed Feil, del Centro Milner para la Evolución de la Universidad de Bath (Reino Unido).
Los investigadores evidenciaron que esta bacteria estaba presente en todas partes, pero les s»orprendió que las cepas encontradas en el hospital fueran diferentes a las encontradas en el medio ambiente, lo que indica que hay muy poca transferencia entre los dos hábitats: los humanos casi siempre se contagian de otros humanos».
«Esto confirma que la mejor manera de controlar la infección por estas bacterias sigue siendo una higiene hospitalaria estricta, y que hay menos posibilidades de que los brotes se produzcan por el contacto con los animales o el medio ambiente de lo que se temía, al menos en un país con muchos recursos como Italia», ha remachado el investigador.