Las autoridades financieras de Japón se reúnen ante la depreciación del yen
Las principales autoridades financieras y monetarias de Japón han mantenido una reunión fuera de calendario, la primera desde el pasado mes de marzo, para evaluar las implicaciones del actual debilitamiento del yen, después de que el cambio de la moneda japonesa frente al dólar cayera a más de 140 yenes, su peor cruce desde finales de 2022.
De este modo, representantes del Ministerio de Finanzas de Japón, el Banco de Japón y la Agencia de Servicios Financieros del país se han reunido este martes. En estos encuentros, las autoridades intercambian información y monitorizan la volatilidad del tipo de cambio y la última vez que se celebró fue el pasado mes de marzo.
En una rueda de prensa posterior a la reunión, el ministro de Finanzas, Masato Kanda, ha subrayado «las fluctuaciones excesivas en los tipos de cambio no son deseables» y ha asegurado que «si es necesario», se responderá «adecuadamente».
El tipo de cambio del dólar frente al yen volvía a situarse ligeramente por debajo de los 140 yenes, después de que este lunes el cruce superase por primera vez desde finales de 2022 dicho umbral y llegara a aproximarse a los 141 yenes por billete verde .
De este modo, Kanda ha subrayado la importancia de que los mercados de divisas reflejen los fundamentos y se muevan de manera estable.
A finales del pasado mes de abril, el Banco de Japón (BoJ), que decidió mantener sin cambios su postura monetaria ultralaxa en la primera reunión de la entidad bajo la presidencia de Kazuo Ueda, tras una década de Haruhiko Kuroda como gobernador del banco central nipón, anunció una revisión a largo plazo de su política monetaria.
De este modo, el banco central japonés mantiene desde 2016 los tipos de interés del país en el -0,1%, al mismo tiempo que sigue aplicando su política de control de la curva de rendimientos de la deuda pública y continúa con sus compras de bonos soberanos a gran escala.
No obstante, la institución anunció entonces su intención de realizar «una revisión de política monetaria con una perspectiva amplia» y con un horizonte temporal estimado de alrededor de entre un año y un año y medio.
De su lado, la tasa de inflación de referencia en Japón, aquella que excluye el impacto del precio de los alimentos frescos, se situó el pasado mes de abril en el 3,4% interanual, frente al 3,1% de los dos meses anteriores.
En el caso de la tasa de inflación general, el IPC alcanzó en el cuarto mes de 2023 el 3,5%, frente al 3,2% del mes anterior, la mayor subida del índice desde el pasado mes de enero.
Asimismo, la tasa de inflación subyacente, que además de los alimentos frescos también excluye la energía, escaló en abril al 4,1%, tres décimas más que el mes anterior, alcanzando su nivel más alto desde 1981.