Las acciones de lealtad no son siempre el instrumento adecuado para la estabilidad accionarial, según KPMG
Las acciones de lealtad, un mecanismo opcional para las empresas cotizadas que otorga un voto adicional por cada acción que se mantenga durante un mínimo de dos años, pueden no ser el instrumento adecuado para premiar la estabilidad accionarial en las compañías dependiendo de las circunstancias. Así lo opina la socia responsable de Mercados de Capitales de KPMG, Noelle Cajigas.
Cagijas señala que este tipo de acciones «no está exento de polémica» al dividir la liquidez de la empresa y dar distinto valor a los títulos. «Este formato de acciones puede llegar a no ser el adecuado según las circunstancias», avisa.
Por su parte, la directora de la división M&A-Capital Markets de KPMG Abogados, Maitane de la Peña, señala que los votos dobles por lealtad se tienen en cuenta a los efectos de comunicar participaciones significativas y de la normativa sobre OPAs.
Al respecto, el Gobierno ha incorporado en el anteproyecto de Ley del Mercado de Valores y de los Servicios de Inversión, actualmente en audiencia pública, una cláusula por la que el inversor que se vea en el supuesto de realizar una OPA al alcanzar un porcentaje de derechos de voto igual o superior al 30% contará con un plazo de tres meses para decidir si formaliza su oferta o reduce su posición.
En concreto, establece que la OPA no será obligatoria si, en esos tres meses, el inversor reduce o renuncia al porcentaje de derechos de votos que excedan del porcentaje del 30%, siempre que, «entre tanto, no se ejerzan los derechos políticos que excedan de dicho porcentaje o se obtenga una dispensa de la CNMV».