La relación con Argelia, reencauzada tres años después a falta de un encuentro de alto nivel
El comercio se recupera tras levantar Argel su bloqueo pero aún sigue suspendido el Tratado de Amistad
El Gobierno ha conseguido reencauzar la relación con Argelia tres años después de que el país magrebí llamara a consultas a su embajador en respuesta al respaldo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara pero, aunque el suministro de gas nunca se suspendió y los intercambios comerciales parecen haberse recuperado, aún quedan pasos en el plano político.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, escenificó el deshielo con Argel con el encuentro que mantuvo el pasado 21 de febrero con su homólogo argelino, Ahmed Attaf, en los márgenes de la reunión ministerial del G-20 en Sudáfrica justo un año después de que su visita a Argel, con la que los dos países iban a pasar página a la crisis diplomática, fuera aplazada en el último momento.
Entonces, Exteriores lo atribuyó a problemas de agenda de la parte argelina mientras que Argelia trasladó su malestar con la exigencia del ministro español de dejar fuera el contencioso del Sáhara de sus contactos con las autoridades argelinas. Tampoco en el encuentro en Johannesburgo, según ha podido saber Europa Press, se abordó este asunto.
La reunión entre Albares y Attaf, según informaron entonces ambos ministerios, se centró en las relaciones bilaterales y en cómo seguir reforzándolas, con especial atención al ámbito comercial pero también al de la seguridad. No en vano, dicho encuentro precedió en solo dos días a la visita que realizó a Madrid el ministro del Interior argelino, Brahim Merad, para reunirse con su homólogo español, Fernando Grande-Marlaska, en el que esta segunda cuestión fue central.
Tal y como señaló entonces Marlaska, Argelia es un «socio clave» en lo relativo a la cooperación policial, sobre todo en lucha antiterrorista, y también en materia migratoria para combatir las mafias que trafican con personas. Además, el país magrebí ocupa un lugar destacado en lo relativo al Sahel, uno de los principales focos de interés y de preocupación para el Gobierno, como se ha encargado de recordar en repetidas ocasiones el presidente Pedro Sánchez.
Precisamente, las autoridades argelinas fueron instrumentales en la rápida liberación del ciudadano español secuestrado el mes pasado en el sur de Argelia y trasladado por sus captores, una banda criminal que pretendía venderlo a un grupo yihadista, a Malí, donde los separatistas tuareg lograron liberarle. Tanto Albares como Marlaska agradecieron a sus interlocutores argelinos su labor en este caso.
LA CRISIS AÚN NO ESTÁ ZANJADA
Sin embargo, aunque en Madrid y en Argel se felicitan por estos renovados contactos, lo cierto es que la crisis bilateral no puede darse por completamente cerrada. La respuesta inicial de Argelia fue llamar a consultas a su embajador en Madrid el 19 de marzo de 2022 y en junio de ese año, tras constatar que el Gobierno español no iba a dar marcha atrás en su respaldo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara, el presidente argelino, Abdelmayid Tebune, ordenó la suspensión del Tratado de Amistad.
Argel envió de vuelta a su representante en Madrid en diciembre de 2023 con el nombramiento como embajador de Abdelfetá Daghmun, y aunque la reconciliación se ha ido cocinando a fuego lento en los meses siguientes, siempre de forma muy discreta, por el momento Argel no ha dado el paso de levantar la suspensión al Tratado.
Por lo pronto, ni Madrid ni Argel tienen sobre la mesa una fecha para la aplazada visita de Albares al país magrebí, una cita que podría allanar el camino hacia una visita de más alto nivel por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o incluso, aunque aún mucho más improbable, por parte de Felipe VI, dados los halagos que no ha dudado en prodigarle en estos años el presidente argelino.
También podría terminar de zanjarse la crisis con la celebración de una Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los dos países. En 2002, con José María Aznar en el Palacio de la Moncloa, se acordó la celebración de cumbres anuales, la primera de las cuales tuvo lugar en noviembre de 2003 en Argel. La última de estas citas, la séptima, se produjo en abril de 2018 también en la capital argelina, si bien Sánchez efectuó una visita oficial en octubre de 2020.
MOTIVOS DE LA RECONCILIACIÓN
«Es una reconciliación a medias tintas», resume Laurence Thieux, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en declaraciones a Europa Press, incidiendo precisamente en que el Tratado de Amistad sigue suspendido y que aún no se ha retomado la relación al más alto nivel.
Asimismo, subraya que el Gobierno no ha realizado «cambios sustanciales» en cuanto a su discurso respecto al Sáhara, que fue lo que motivó la crisis, si bien Argel ha esgrimido que España lo ha matizado. «No es más que una justificación de cara interna», sostiene la profesora de la UCM.
Irene Fernández-Molina, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Exeter (Reino Unido), coincide en el análisis. «La posición del Gobierno no ha cambiado» pero Argelia ha querido «buscar pequeñas oportunidades para restablecer la normalidad». A su juicio, el respaldo brindado por España a los palestinos y el reconocimiento de Palestina ha sido uno de los factores que más se ha valorado en Argel.
Además, ambas expertas coinciden en que la grave crisis diplomática entre Argelia y Francia, motivada igual que en el caso español por el contundente respaldo brindado por el presidente, Emmanuel Macron, al plan de autonomía marroquí para el Sáhara, ha llevado al Gobierno argelino a dar el paso con España. «Argelia no puede mantener una crisis con dos países tan importantes al mismo tiempo», resume Fernández-Molina.
SUMINISTRO DE GAZ Y REANUDACIÓN DEL COMERCIO
En los tres años transcurridos, el suministro de gas a través del gasoducto Medgaz no ha cesado –tras el cierre del segundo gasoducto que pasa por Marruecos a raíz de la ruptutra de relaciones entre Argel y Rabat en 2021–, tal y como prometió que ocurriría desde el primer momento Tebune. No en vano, el país magrebí fue el año pasado el principal suministrador de gas a España.
Además, después de que 2024 arrancara con una cierta flexibilización hacia las importaciones procedentes de España, finalmente Argel decidió a principios de noviembre pasado levantar las restricciones que se habían impuesto a los intercambios comerciales con España desde junio de 2022, lo que los redujo prácticamente a cero, con la excepción del sector energético.
Según los últimos datos oficiales, consultados por Europa Press, 2024 cerró con exportaciones por valor de 794,6 millones de euros, un 139,5% más, frente a los 331,8 millones de 2023 pero aún lejos de los 1.022,2 millones con que cerró 2022, pese a que aquel año comenzaron las restricciones. Por lo que se refieren a las importaciones argelinas, estas cayeron un 4,7% en 2024, hasta quedar en 6.122,8 millones de euros, siendo la partida principal la de los hidrocarburos.
Uno de los sectores que más se vio castigado fue el cerámico, en particular el de fritas y esmaltes. «Hemos entrado en una senda de normalidad», señala Luis M. Martí, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV) en Castellón, donde se concentra el 95% de la producción española. Aún no se han llegado a los niveles previos pero, asegura a Europa Press, «hay buenas perspectivas de futuro».