La reforma de las leyes LGTBI y Trans que propone Ayuso pasa el primer trámite parlamentario gracias a PP y Vox
Más Madrid advierte a PP de que se «manchan de sangre» las manos con su sí y PSOE les afea «retroceder 20 años»
Las reformas de la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación, conocida como Ley Trans, y de Protección integral contra la LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual, presentadas por el PP de Isabel Díaz Ayuso, han superado este jueves el primer escollo parlamentario y comenzarán ahora a tramitarse en la Asamblea de Madrid.
PP y Vox han dado luz verde, en la votación de la toma en consideración, a que estas modificaciones comiencen el recorrido parlamentario que concluirá con su aprobación definitiva. Más Madrid y PSOE se han opuesto y se han sumado a Amnistía Internacional y otras 30 organizaciones LGTBI que han entregado en la Cámara regional 40.000 firmas en contra.
En la Ley Trans, se elimina el concepto identidad de género, se marca que los menores deberán pasar por un examen de pediatras antes de recibir tratamiento y se explicita que la atención psicológica o las valoraciones psiquiátricas no serán muestra de discriminación. En educación se eliminan los contenidos relativos a las personas trans de los currículos.
En el caso de la ley ante la LGTBIfobia se retocan aspectos sanitarios, organismos como el Consejo LGTBI de la Comunidad o el régimen sancionador. Una de las partes centrales de la reforma es el ámbito educativo. Este concentra cinco de los veinte artículos derogados, entre ellos el que ataja el acoso escolar.
PP: SE BUSCA «CORREGIR ASPECTOS»
En el debate parlamentario, la diputada del PP Mónica Lavín ha defendido que la primera reforma busca «evitar que la causa de la igualdad ante la ley y la no discriminación se convierta en un instrumento de ingeniería social, que confunda ciertas doctrinas de parte con los derechos fundamentales».
«Se pretende corregir algunos aspectos, que ya fueran de buena fe o movidos por el afán de imponer ciertas doctrinas conocidas como de género, acababan conculcando derechos», ha sostenido, al tiempo que ha defendido que se busca, además, «terminar con la oligarquía de ciertas asociaciones que se imponían» y «gozaban de privilegios injustificados».
En cuanto a la reforma de la segunda ley, Lavín ha indicado que está no estaba llamada «a proteger a todos» ni a ilusionar porque presenta «un Madrid apocalíptico» y «divide, victimiza» e «invita a vivir del agravio y de las denuncias falsas» así como cercena la libertad de expresión y de cátedra y aparta «a los jóvenes de su familia». Ahora, segun ha defendido, se garantizará «la participación, la pluralidad y la libertad de todo el mundo» y se pondrá «a salvo de la imposición de asociaciones».
VOX CELEBRA QUE ES «UN GRAN DÍA»
Por su parte, el diputado de Vox José Antonio Fúster ha arrogado a su partido «poner una pica en Flandes» al conseguir que la «mayoría absoluta del PP transforma las ideas de Vox en políticas». Entiende, aún así, que es un «error no derogarla entera», aunque ha celebrado el «gran día» en el que se «desactiva una ley peligrosa e injusta». «Confiamos que sea el comienzo de una reacción en cadena que llegue a todas las comunidades», ha alentado.
Fúster ha reclamado a los populares que vayan «un poco más allá» y eliminen el artículo que permite «la hormonación de menores», que en esta modificación se limita. Consideran desde Vox que «no hay nada ideológico en parar una aberración acientífica» y que lo urgente debería ser derogar completamente esta posibilidad en jóvenes y adolescentes.
En el caso de la modificación de la ley contra la LGTBIfobia, la diputada de Vox María Belén González ha cargado contra esta norma por «atentar contra la libertad e incurrir en adoctrinamiento de los niños en las escuelas».
Ha apuntado que al PP le ha costado «7 años verlo gracias a Vox». Entre los errores que aprecia en esta norma están que se «lleva por delante de la presunción de la inocencia» y ha afeado también que se prohíban las terapias de aversión siendo «irrelevante» el consentimiento. «Si alguien quiere ser homosexual o trans, todo puentes, pero si no quiere está prohibido», ha afirmado.
PSOE ACUSA A PP DE PONERSE «EN FRENTE DE LOS DERECHOS»
En sentido contrario se ha posicionado el parlamentario del PSOE Santi Rivero, quien ha afeado al PP ponerse «en frente de los derechos LGTBI» como hicieran «con el matrimonio igualitario» en la calle. «Salen aquí con orgullo a defender una reforma que va a causar más sufrimiento a las personas trans», ha reprochado.
Asimismo, ha retado a los populares a mostrar «un solo exceso» provocado por la Ley Trans, que «solo ha traído derechos y felicidad». A Lavín le ha reclamado que explique «qué es la ingeniería social» y le ha enumerado los «derechos que dice que no recorta» la modificación como el cambio de la nomenclatura, la discriminación por error o la «imposición» a los menores trans y las familias el proceso médico para tener acceso a la hormonación.
En el caso de la ley contra la LGTBIfobia, Rivero ha reproducido el discurso del presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, defendiendo en 2016, como portavoz del PP, la ley que hoy desde el PP proponen reformar. Incluía, entre otros, los conceptos «identidad de género» que ahora eliminan y agradecía el trabajo junto a las asociaciones LGTBI que ahora «criminalizan». Tras ello, ha acusado al PP de «retroceder 20 años en 7» con los cambios de postura motivados, según el orador, por la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso.
Ossorio, tras la intervención de Rivero, le ha agradecido que le haya citado y ha asegurado que es uno de los discursos de los que está «más orgulloso y satisfecho». «Lo vuelvo a repetir exactamente igual que lo dije aquel día», ha añadido emocionado.
MÁS MADRID CRITICA LA «FALTA DE CONSENSO» DE ESTAS REFORMAS
Por su lado, la senadora de Más Madrid e histórica activista trans, Carla Antonelli, ha cargado contra la «falta de consenso» en estas reformas y ha expuesto cómo no se ha reunido con Cogam, Arcópoli o Fundación de 26 de diciembre, que fueron con las que se trabajó su redacción en 2016.
Ha enumerado varios artículos que se derogarán de la norma y ha censurado reiteradas veces la posición del PP a quienes ha advertido de que al apretar el botón para aprobar las modificaciones tendrán «las manos manchadas de sangre». «No podréis lavar vuestra sucia conciencia», ha advertido.
Tras su intervención, Ossorio le ha rogado que eliminase estas últimas palabras del diario de sesiones. «Las demás cosas no se las cuestiono, nos conocemos desde hace mucho tiempo. Usted expone las cosas con mucha vehemencia y es una virtud», ha indicado. A ello ha contestado Antonelli, quien ha sostenido que «no es una virtud» sino que ella es transexual y debe defenderse. No las ha retirado y ha sido llamada al orden.
En el turno de la LGTBIfobia ha intervenido la diputada Jimena González, quien también ha insistido en que el PP votó a favor de la norma, que es «exactamente igual de buena y necesaria que en 2016». «Los que han cambiado son ustedes, que han vendido sus conciencias al odio por un puñado de votos».
La parlamentaria ha afeado el «desprecio, desconocimiento y lejanía» con la que se ha elaborado esta normativa eliminando parte de los «consensos» dentro del propio colectivo LGTBI, especialmente en el trans. Ha añadido, además, la «obsesión con los menores» que no pasa por, por ejemplo, «las becas o las ratios escolares», sino por su «empeño en que crezcan asfixiados por los mismos miedos que la ideología de la culpa cristiana lleva se lleva imponiendo».