La RANME presenta el primer diccionario panhispánico médico para establecer un consenso entre España y América Latina

La Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) y la Asociación Latinoamericana de Academias Nacionales de Medicina, España y Portugal (ALANAM) han presentado este lunes el Diccionario Panhispánico de Términos Médicos (DPTM), el primer diccionario con lenguaje médico común y consensuado para facilitar la comunicación entre la población y los profesionales médicos de España y América, con más de 500 millones de hispanohablantes en el mundo.

Así, a partir de este lunes, a través de www.dptm.es , el DPTM será una herramienta digital y de acceso totalmente libre para los ciudadanos de cualquier continente. En este proyecto, coordinado por la RANME, participan las Academias de Medicina de doce países latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay, Peru, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

De esta forma, el DPTM recoge la riqueza del léxico biomédico de habla hispana, aportando las variantes y usos específicos, consolidando el español como lengua de comunicación científica. El presidente de la RANME, Eduardo Díaz Rubio, ha informado de que las academias llevan ocho años trabajando en este proyecto porque consideraban «esencial» conseguir el consenso de los profesionales biosanitarios, tanto en España como en América, «para facilitar la difusión del conocimiento médico en español».

Díaz Rubio ha detallado, además, que el DPTM comprende más de 70.000 términos con sus equivalentes en inglés estadounidense, incluyendo sinónimos, variantes gráficas, términos incorrectos, desaconsejados, coloquiales infrecuentes. «Es todo un lenguaje, todo un idioma. El idioma español tiene 93.000 términos. Es una barbaridad que el lenguaje médico pueda contener 70.000», ha expresado.

Tal y como ha señalado por su parte el presidente de ALANAM, Germán Gamarra, el objetivo del diccionario es «identificar mejor las barreras que pueden existir en el uso del idioma y los términos», permitiendo así una mejor comunicación entre médico y paciente y, a su vez, entre toda la comunidad, «entender mejor todo este lenguaje», ya que estará disponible para toda la población.

Por su parte, el profesor Antonio Campos, codirector de esta iniciativa, ha descrito el diccionario como «una obra conjunta realizada por profesionales académicos de ambos continentes, de España y de las academias americanas, tratando de conseguir que en el idioma español exista un conjunto de términos comunes para los profesionales de la medicina y los pacientes».

«Este diccionario recoge la expresión en nuestro idioma del dolor y de la esperanza del ser humano. Por un lado, el dolor que representa la enfermedad y, por otro, la esperanza que representan los tratamientos», ha afirmado, para insistir en que «este idioma común en el ámbito médico va a facilitar la comunicación medico-paciente».

En resumen, el diccionario va dirigido a más de 500 millones de hispanohablantes, si bien al mismo tiempo será de utilidad para profesionales y estudiantes de Medicina y Ciencias de la Salud, los traductores, intérpretes y comunicadores del ámbito médico; en la enseñanza del español médico en entornos monolingües y bilingües, y en la normativa de las publicaciones de las editoriales. Asimismo, según el profesor José Miguel García Sagredo, codirector del DPTM, este estará «permanentemente actualizado» para recoger los avances de la medicina.

DIFERENTES EXPRESIONES

Por su parte, la coordinadora de la Unidad de Terminología Médica de la RANME, Cristina González, asevera que «existe mucha variedad en la denominación de instrumentos, síntomas y enfermedades comunes». Según esta lexicógrafa, en la tarea de compilación se han encontrado muchas voces curiosas que podrían dar lugar a errores de interpretación en la consulta médica.

Así, por ejemplo, romper la fuente significa romper aguas en países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay, Perú o Venezuela. En Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Perú se usa el término zafadura para la «luxación». El depresor lingual se denomina abatelenguas en algunas zonas de América, y las lentes de contacto son pupilentes en Colombia, Ecuador, México y Paraguay.

Otro de los logros del DPTM ha sido llegar a acuerdos sobre los anglicismos. «En este ámbito, hemos intentado que, en aquellos casos donde exista una alternativa en español, esta se recomiende por encima del término en inglés. Por ejemplo, es preferible hablar de proteína de la espícula y no de proteína spike , o se aconseja gripe o gripa en lugar de influenza o flu», ha concluido González.

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