La radiología intervencionista reduce los riesgos tras hemorragias postparto y garantiza la fertilidad de la mujer
Las técnicas de Radiología Intervencionista permiten abordar las hemorragias postparto de una forma segura, con menores tasas de mortalidad y comorbilidades para la madre y garantizando la fertilidad de la mujer, según un estudio de un equipo de la Clínica Universidad de Navarra y publicado en la revista científica CVIR Endovascular .
En concreto, el artículo expone los beneficios de la embolización, un procedimiento mínimamente invasivo, respecto a la histerectomía –extirpación del útero–.
«Hasta ahora, la cirugía convencional era la histerectomía, pero se asocia a una alta morbimortalidad para la madre y el feto. Por ello, las guías clínicas solo la recomiendan en aquellas situaciones donde no existe otra posibilidad. Las alternativas actuales recomendadas son las técnicas de radiología intervencionista, especialmente la embolización, que permiten un cierre selectivo de las arterias uterinas para evitar que el sangrado se perpetúe», explica el doctor Alberto Alonso, especialista del Área de Radiología Vascular e Intervencionista de la Clínica Universidad de Navarra y primer autor del artículo.
Estas técnicas se han mostrado más rápidas, seguras y eficaces. Además, permiten preservar la funcionalidad del útero y, por tanto, la fertilidad de la mujer.
«Aunque una hemorragia después del parto incrementa el riesgo en futuros embarazos, la embolización permite lo que la extirpación del útero haría imposible. Por eso, estos procedimientos innovadores permiten que las mujeres tengan un siguiente embarazo si así lo desean, aunque sea necesario un seguimiento más estrecho por parte de los especialistas en Ginecología y Obstetricia para garantizar la seguridad de la madre y del feto», añade la doctora Laura Muñoz Saá, responsable del Área Obstétrica de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid y participante en esta publicación.
El seguimiento y la planificación del parto es un elemento clave para que las posibles hemorragias se traten de forma precoz y con mejores resultados.
ENTRENAMIENTO Y PREPARACIÓN
Las hemorragias postparto suponen la causa más frecuente de muerte de la madre y pueden suceder en el 1 y 5 por ciento de los partos. Las más habituales son las hemorragias primarias, que se producen durante el parto o en las primeras 24 horas, aunque también pueden darse en las siguientes 12 semanas.
Se trata de una complicación de emergencia médica que puede manejarse inicialmente mediante fármacos y a través del balón intrauterino, pero que en último término pueden requerir medidas más agresivas como la embolización de las arterias uterinas o incluso la cirugía.
Pese a que la mayoría suceden de forma inesperada, hay factores que elevan su riesgo durante el control gestacional. Los más prevalentes son la edad de la madre –cuando tiene más de 40 años–, la multiparidad, que sean embarazos gemelares, la acumulación del líquido amniótico, la hiperdistensión uterina, si el bebé es muy grande o la larga duración de los partos.
«Una hemorragia postparto es una emergencia que requiere la intervención de un equipo multidisciplinar entrenado en este tipo de situaciones», incide la doctora Muñoz Saá.
Así, insiste en que, ante un parto con factores de riesgo, es fundamental adelantarse para, en caso de que ocurra la hemorragia, ser «rápidos y certeros» en su abordaje, multidisciplinar siempre.
«Ante el aviso, se pone en marcha todo un dispositivo de emergencia junto con el Banco de Sangre y la Unidad de Cuidados Intensivos para tener disponibles hemoderivados y todos los medios técnicos y humanos que fuesen necesarios, previendo una complicación», ha finalizado.