La psiquiatra que trató a la presunta víctima de prostitución dice que tenía estrés postraumático

Testigos de la defensa aseguran que la denunciante ejerció la prostitución en otros países antes y después de los hechos

La psiquiatra que se entrevistó con la presunta víctima de haber sido prostituida en un piso de la calle Miguel de Unamuno de Santander en 2019 ha afirmado que en el estudio realizado 3 meses después de los hechos la joven presentaba síntomas de estrés postraumático.

Así lo ha manifestado durante la tercera jornada del juicio que se lleva a cabo en la Audiencia Provincial de Cantabria, en el que se juzga a seis personas de origen colombiano -4 mujeres y 2 hombres- por un presunto delito de trata de seres humanos, para cada uno de los cuales la Fiscalía pide ocho años de cárcel.

La psiquiatra, a quien la presunta víctima le contó que una amiga de la infancia le convenció de viajar a España para trabajar en una cafetería y que posteriormente fue «engañada» y obligada «con amenazas» a prostituirse para pagar la deuda del traslado de «20 millones de pesos colombianos» (unos 4.000 euros), ha señalado que esta tenía una «ansiedad generalizada» por unas «vivencias traumáticas».

Al respecto de estas declaraciones, el abogado de la defensa ha recordado que la denunciante había sido, tal y como ella declaró en la primera sesión de la vista, agredida por su expareja en Colombia, algo que no conocía la psiquiatra y que, en opinión del letrado, también podría ser «compatible» con los síntomas de estrés postraumático.

En cualquier caso, la psiquiatra ha indicado que la joven, que mostraba «esperanza e ilusión» por volver a trabajar aunque con expectativas «un poco alejadas de sus posibilidades en ese momento», relató varias circunstancias que «producen estrés postraumático», como las amenazas de muerte hacia su padre, que generan una «tensión» y un «estrés permanente».

Por otro lado, también han declarado dos amigos de los acusados, un antiguo cliente del piso de Santander en el que se ejercía la prostitución, la encargada de la gestión del alquiler del piso de la calle Julián Ceballos de Torrelavega donde también se llevaban a cabo estos servicios, y dos mujeres que presuntamente conocían a la denunciante.

En primer lugar, los amigos del acusado, un camarero y un tatuador, han asegurado que en febrero de 2022 viajaron a París de vacaciones con sus ahorros y en el coche de un tercer hombre que les llevó; y buscando por internet anuncios de servicios sexuales en la ciudad encontraron fotos de la denunciante, a quien conocían porque el acusado amigo suyo les había mostrado imágenes de ella y les había contado sobre la denuncia.

Según han dicho, contactaron por SMS con la mujer para conocer las ofertas y los precios, para posteriormente ir al lugar. Primero acudió el tatuador, quien «confirmó que sí era ella», pero esta le dijo que «no trabajaba»; y días más tarde entró el otro hombre haciéndose pasar por un «turista» o alguien que no hablaba bien español para ver si así le convencía. «Era la encargada, ella presentaba a las chicas», ha añadido.

«Le insistí tanto que empezó a entrar en duda, le ofrecí 500 euros, y en una de esas me marché», ha destacado el hombre que trabaja en la hostelería, a quien, según ha dicho él, la mujer le llamó para que volviese cuando otro «hombre rubio» que estaba por allí se fue, y terminó pagándole los 500 euros «por una hora de servicio».

Una de las dos mujeres que han asegurado conocer a la supuesta víctima porque se dedicaban a la prostitución con ella en Colombia antes de los hechos -algo que la denunciante negó- ha apuntado que lo hicieron también en Lanzarote (Islas Canarias), y que la joven que ha denunciado a los 6 implicados también trabajaba en Francia y Alemania, y que no ocultaba su oficio cuando volvía a Colombia, ya que mostraba «operaciones estéticas».

Además, ha afirmado que ella tiene en proceso una denuncia por trata hacia la presunta víctima de este juicio, quien «contactó» con ella «ayer por la noche» para preguntarle cuánto le «habían pagado por mentir» y para «amenazarla». «¿Qué tal si tu hija se enterase de la clase de madre que tiene?» es una de las frases que le habría dicho la presunta víctima del piso de Santander a esta testigo.

Por su parte, el antiguo cliente de Santander, que entabló amistad con una de las chicas del piso de la calle Miguel de Unamuno y que se ofreció a ser testigo en el juicio, ha asegurado que «si hubiese visto alguna injusticia, habría sido el primero» en avisar a la Policía, y que siempre pagaba en efectivo directamente a las chicas.

En concreto, ha incidido en que estuvo con la mujer denunciante en dos ocasiones en la misma semana, el primer encuentro fue en el piso y el segundo en la casa del hombre, quien ha dicho que se lo pasó «muy bien» con ella.

Finalmente, la encargada del alquiler del piso de Torrelavega y nieta de la propietaria ha hecho hincapié en que «no había ningún problema» con las inquilinas, y que le «había llegado información» de que trabajaban en un club, pero que no sabía si se hacía algo en la casa.

En la sesión de hoy estaba previsto que participase también una perito agente de la Policía Nacional cuya declaración ha sido aplazada porque, en sus palabras, ha sido avisada con «10 minutos» de antelación, por lo que no recordaba con exactitud el informe en el que ha participado y por el que le preguntaba la Fiscalía.

Por ello, su intervención se realizará el próximo martes, 25 de abril, cuando también tendrán lugar las conclusiones del juicio.

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