La protonterapia minimiza los efectos de la radiación en el sistema inmune y reduce la linfopenia


La protonterapia minimiza los efectos de la radiación en el sistema inmune, reduce la linfopenia y mejora la supervivencia, según ha destacado la especialista de la Unidad de Protonterapia del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN) Rosa Meiriño en la 62ª Reunión Anual del Grupo Cooperativo en Terapia de Partículas (PTCOG), celebrado en Singapur.

En una ponencia sobre los beneficios de este tipo de radiación externa, Meiriño ha señalado que una de las principales ventajas es la preservación de los diferentes tejidos sanos que rodean al tumor y sus consecuencias para la calidad de vida futura, especialmente en pacientes pediátricos.

En cuanto a la linfopenia, una disminución de los linfocitos en la sangre periférica que puede producirse en la fase infecciosa aguda, en la inmunodeficiencia grave y después de tratamientos con citostáticos, ha subrayado que «tras la radiación con protones se observa una menor linfopenia inducida por la radiación que en la terapia con fotones, y eso se traduce en un beneficio para todo el sistema inmune».

«El impacto de la linfopenia inducida por radiación es importante en el resultado de un tratamiento oncológico. Hay estudios que destacan la relación perjudicial entre la linfopenia de grado 3 o mayor y la supervivencia global en pacientes que han recibido radioterapia como tratamiento frente a tumores sólidos, especialmente localizados en cerebro, tórax o abdomen superior. Cualquier estrategia que nos ayude a mitigar este trastorno sanguíneo en estos casos será beneficiosa para mejorar la supervivencia», ha señalado la especialista de la Unidad de Protonterapia del CCUN.

La ponencia de Meiriño ha mostrado las conclusiones del estudio sobre una cohorte de 43 pacientes, unos tratados con protonterapia y otros, con fotonterapia. El análisis confirma que «los pacientes con tumores torácicos y abdominales irradiados con protonterapia se asociaron con un valor inferior de dosis efectiva a las células inmunes circulantes y los recuentos de linfocitos en sangre periférica fueron estadísticamente superiores».

Los resultados presentados en esta edición del PTCOG incluyen las conclusiones preliminares del Proyecto VASA, impulsado por el CCUN, que analiza, a través de biomarcadores, el impacto de la radioterapia en las estructuras vasculares y la sangre circulante durante la irradiación terapéutica necesaria en pacientes oncológicos.

El proyecto también se centra en las propuestas de modificación de la práctica clínica diaria para variar en la planificación dosimétrica de la irradiación oncológica, predecir el efecto sobre la inmunocompetencia, adaptarla y prevenir otros problemas de salud, con la intención de reducir efectos secundarios para mejorar potencialmente las tasas de supervivencia libres de cáncer.

Meiriño ha considerado que «el estudio sistemático del impacto de la radiación en los vasos y la sangre circulante en la práctica clínica podría abrir nuevas oportunidades para la optimización de la planificación del tratamiento de radioterapia. Sería un cambio de paradigma significativo en la práctica asistencial. La promoción de la inmunocompetencia es factible, considerando actuaciones dirigidas a minimizar la irradiación innecesaria de las estructuras vasculares», una realidad que fomenta la protonterapia.

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