La Plataforma de Organizaciones de Pacientes reclama un «compromiso real» con la salud de los pacientes crónicos
La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) reclama un «compromiso real» con la salud de los pacientes crónicos con medidas específicas para mejorar y garantizar la calidad de vida de estos pacientes, que representan el 54 por ciento de la población.
Para la presidenta de la POP, Carina Escobar, es necesario que tanto el Ministerio de Sanidad como las comunidades autónomas «ejerzan un liderazgo claro en la necesaria transformación del sistema sanitario, teniendo como prioridad la salud de las personas, y, sobre todo, de los ciudadanos más frágiles».
Además, la presidenta apunta que, «este liderazgo debería venir acompañado de una estrategia homogénea que permita romper con la brecha de equidad y cohesión territorial que sufren todos los españoles».
Una de las reivindicaciones principales de la POP es la transformación del Sistema Nacional de Salud (SNS) con el foco puesto en la cronicidad. «El desarrollo de modelos de atención centrados en las necesidades de las personas debe ser la palanca de cambio del sistema sanitario», subraya la presidenta de la POP.
En este punto, las desigualdades sociales tienen un gran impacto en la salud de las personas. «Los determinantes sociales de la salud ayudan al desarrollo de una medicina más preventiva, por ello, la correlación entre lo social y lo sanitario es fundamental», incide Escobar.
En este sentido, la POP insiste en que el sistema sanitario requiere de sistemas eficaces que den respuesta a todos los retos de la sociedad y, para ello, «la financiación cobra un papel muy relevante para desarrollar el sector a medio y largo plazo, evitando el cortoplacismo y la improvisación».
También subrayan que la atención y el tratamiento de la cronicidad deben ofrecerse desde una perspectiva de acceso equitativo. En este aspecto, la presidenta de la POP incide en que «garantizar la equidad en el acceso a la atención, pero también en el acceso a los tratamientos y terapias farmacológicas y no farmacológicos de la cartera común de servicios del SNS es otro de los componentes clave del sistema».
Por ello, la Plataforma defiende que es esencial que se desarrollen políticas que favorezcan esa equidad territorial y una mayor cohesión y cooperación tanto dentro de la propia comunidad autónoma como entre comunidades.
Otra de las demandas de la POP es la continuidad asistencial, ya que muchos de los pacientes crónicos complejos «sufren la fragmentación de los servicios y no cuentan con un profesional sanitario de referencia», asegura Escobar.
«La continuidad es fundamental cuando hablamos de cronicidad y cronicidad compleja. Debería haber más y mejor comunicación entre los profesionales sanitarios de Atención Primaria y hospitalaria, contar con nuevos roles profesionales como el gestor de caso, de gran importancia para pacientes complejos, familias y cuidadores, así como procesos integrados de cuidados», explica.
Asimismo, Escobar manifiesta que, «son necesarios modelos que ofrezcan servicios cercanos a las personas, que se adapten a sus necesidades, y combinen la atención presencial, tanto en ámbito hospitalario, como en Atención Primaria y domiciliaria». Además, «es necesario fomentar todos los aspectos relacionados con la telemedicina y la tele monitorización, para mejorar la atención multidisciplinar que requieren los pacientes crónicos».
Por último, la Plataforma de Organizaciones de Pacientes destaca la importancia de encontrar la sostenibilidad del sistema sanitario. Ante el envejecimiento de la población y, en consonancia, el aumento de las personas con enfermedades crónicas complejas, se requieren mayores recursos y cuidados especializados durante más años, tanto sanitarios como sociosanitarios. Por ello, «se debe destinar mayores recursos e innovar, siempre buscando la sostenibilidad del sistema de salud público a largo plazo y una atención de calidad a la ciudadanía», concluye Escobar.
Entre las propuestas de la POP par un cambio en el SNS también destacan: la prevención y promoción de la salud a través de la educación; la corresponsabilidad entre el paciente y sus cuidadores; la transformación digital; el acceso al diagnóstico y seguimiento; y más financiación para la investigación e innovación terapéutica.