La OSCE insta a las autoridades de Kazajistán a garantizar la libertad de prensa a pesar de las protestas
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha instado este miércoles a las autoridades de Kazajistán a garantizar la libertad de prensa a pesar de las protestas registradas en el país desde el pasado 2 de enero.
«Hago un llamamiento a las autoridades de Kazajistán para que preserven, protejan y promuevan la libertad de los medios de comunicación en el país, en beneficio y para la seguridad integral del país y de la región de la OSCE en general», ha señalado la representante de la organización para la Libertad de los Medios, Teresa Ribeiro.
En un comunicado difundido a través de la página web del organismo, Ribeiro ha señalado que durante los enfrentamientos registrados desde hace una semana en el país, un gran número de periodistas y trabajadores de medios de comunicación han sufrido ataques.
Así, ha alertado de que se han registrado arrestos y se ha negado la entrada al país a corresponsales extranjeros. En este sentido, Ribeiro ha señalado que los periodistas deben tener la posibilidad de realizar su trabajo de manera segura «a pesar de las circunstancias».
«Los medios de comunicación sirven para informar al público de forma libre, justa e independiente. Es una función vital para cualquier sociedad», reza el texto, que pide un acceso «sin restricciones» a la información dado que representa un «elemento vital para la seguridad pública».
La OSCE ya había hecho un llamamiento al diálogo en el país para frenar las protestas «en el marco de los compromisos» de la organización.
Las autoridades kazajas han decretado el estado de emergencia hasta el 19 de enero y un toque de queda para hacer frente a la actual crisis que vive el país. El 7 de enero, el presidente del país, Kasim Jomart Tokayev, ordenó a las fuerzas de seguridad «disparar a matar» a «terroristas» implicados en las protestas.
Las manifestaciones se han saldado con la muerte de más de 160 personas, la mayoría de ellas en Almaty, y con miles de detenidos. Tokayev reconoció el lunes que los incidentes suponen «la mayor crisis en los 30 años de independencia».