La OSCE expresa su preocupación por los incidentes en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán
EEUU pide una solución «urgente y pacífica» al incremento de las tensiones en la frontera
La ministra de Exteriores sueca y actual presidenta de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Ann Linde, ha expresado su preocupación por el aumento de incidentes en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, tras la reciente detención de seis militares armenios.
«Estoy preocupada por los repetidos informes de incidentes en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán», ha aseverado Linde en una publicación en su perfil de Twitter, en la que ha añadido que «todas las cuestiones pendientes deben resolverse pacíficamente mediante negociaciones».
Asimismo, ha incidido en que la OSCE está «dispuesta» a proporcionar asistencia y medidas para «fomentar la confianza y crear una atmósfera propicia para el diálogo» entre los países, enemistados históricamente por la región de Nagorno Karabaj.
Por su parte, Estados Unidos ha mostrado también su preocupación por los recientes acontecimientos en la zona, específicamente por la detención de soldados armenios por parte de las fuerzas azeríes.
«Hacemos un llamado a ambas partes para que resuelvan este incidente de manera urgente y pacífica. También seguimos pidiendo a Azerbaiyán que libere inmediatamente a todos los prisioneros de guerra y otros detenidos, y le recordamos sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario de tratar a todos los detenidos con humanidad», ha señalado el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Asimismo, ha recordado que Estados Unidos considera que cualquier movimiento a lo largo de las áreas no demarcadas de la frontera internacional entre Armenia y Azerbaiyán es «provocador e innecesario».
Price ha manifestado también el rechazo de Washington por el uso de la fuerza para demarcar la frontera y ha pedido a ambos partes «que regresen a sus posiciones anteriores y que cesen la fortificación militar de la frontera no demarcada y el emplazamiento de minas terrestres».
En concreto, ha reclamado a Azerbaiyán que reubique sus fuerzas en las posiciones que ocuparon el 11 de mayo y a Armenia que lleve sus fuerzas en las posiciones que ocuparon en la misma fecha.
Estas acciones, a su juicio, «reducirán las tensiones y crearán un espacio para un proceso de negociación pacífica para demarcar la frontera de manera urgente», una cuestión para la que Estados Unidos ofrece su ayuda.
«Instamos a las partes a que regresen lo antes posible a negociaciones sustantivas bajo los auspicios de los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE para lograr una solución política a largo plazo del conflicto de Nagorno Karabaj», ha concluido Price.
SEIS MILITARES ARMENIOS CAPTURADOS
El primer ministro interino de Armenia, Nikol Pashinián, ha propuesto este jueves el despliegue de observadores internacionales, incluidos de Rusia o de cualquier país copresidente del grupo de Minsk de la OSCE, a lo largo de la frontera del país con Azerbaiyán.
De forma paralela, ha planteado a Bakú un acuerdo de retirada de las Fuerzas Armadas de ambos países de la frontera y ha advertido en una reunión del Consejo de Seguridad de que, si la situación en la frontera no se soluciona, «las provocaciones pueden llevar inevitablemente a enfrentamientos a gran escala».
Estas peticiones se producen después de que el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán informase este jueves de la captura de seis militares armenios que «trataban de instalar minas en las vías de suministro» que conducen a las posiciones del Ejército azerí en la frontera entre ambos países.
Al respecto, el primer ministro armenio ha dicho que los militares «estaban llevando a cabo trabajo de ingeniería en territorio soberano armenia».
Las tensiones en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia, enemistados históricamente por la región de Nagorno Karabaj, se han incrementando desde mediados de mayo, tras varios meses de relativa calma, después de los combates de 2020.
Pashinián acordó con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y de Rusia el cese a partir del 10 de noviembre de los combates que comenzaron en Nagorno Karabaj y dejaron más de 6.000 muertos. El acuerdo supuso para Armenia la pérdida de parte del territorio que controlaba en esta región bajo soberanía azerí pero autoproclamada como independiente.