La oposición rechaza la propuesta de reforma de la comisión electoral y mantiene el boicot a la presidenciales

Los principales candidatos opositores a la Presidencia de Costa de Marfil han rechazado la propuesta de reforma de la comisión electoral planteada por el Gobierno de cara a los comicios del 31 de octubre y han recalcado que mantienen su llamamiento a la desobediencia civil y el boicot del proceso, marcado por la controversia por la decisión del presidente, Alassane Ouattara, de presentarse a un tercer mandato.

El expresidente Henri Konan Bedié y Pascal Affi N Guessan, candidato del Frente Popular Marfileño (FPI) –el partido del expresidente Laurent Gbagbo– llamaron la semana pasada a un «boicot activo» de los comicios tras hacer previamente un llamamiento a la desobediencia civil frente a los planes de Ouattara.

Maurice Kakou Guikahue, portavoz de la oposición, ha reiterado ante la prensa las exigencias de la oposición de cara a la celebración de los comicios tras la visita de una delegación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para intentar mediar y ha incidido en que las elecciones «no pueden celebrarse en esa fecha en la forma actual».

Así, ha manifestado que la propuesta de reforma planteada por el Gobierno «no refleja en nada» los resultados de las conversaciones entre las delegaciones con la mediación de la CEDEAO, al tiempo que ha criticado que el bloque regional «se equivoca una vez más en su evaluación» de la situación al pedir el fin del llamamiento al boicot.

El ministro de Administración del Territorio, Sidiki Diakité, desveló el jueves que el Ejecutivo había decidido «examinar favorablemente y en el menor plazo posible» la inclusión de un quinto miembro en la comisión electoral, que iría a la oposición, en la comisión central del máximo órgano electoral, así como un puesto de vicepresidente de dicha comisión para el Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI), el partido de Bedié.

Por ello, Guikahue ha hecho hincapié en que Bedié y Affi N Guessan siguen exigiendo la retirada de la candidatura «anticonstitucional e ilegal» de Ouattara, la reforma de la comisión electoral, la reforma del Consejo Constitucional, una auditoría internacional del censo, la liberación de presos políticos y el regreso de los exiliados.

En este sentido, ha manifestado en que es especialmente importante el regreso al país de Gbagbo, el del ex primer ministro y expresidente del Parlamento Guillaume Soro y el de Charles Blé Goudé, antiguo ministro de Juventud y aliado de Gbagbo, del que también fue asesor.

Por otra parte, ha dicho que los opositores rechazaron la reunión propuesta por el Gobierno debido a que las autoridades han rebajado el papel de la CEDEAO al de «observador», cuando se acordó que tuviera un papel «facilitador» en el proceso.

Diakité explicó que el miércoles tuvo lugar un encuentro con miembros de la oposición, entre los que no estaban presentes representantes del partido de Bedié ni de Affi N Guessan, en presencia de la misión de la CEDEAO. Asimismo, señaló que Ouattara estaba abierto a mantener un encuentro con Bedié.

Guikahue ha dicho que, por todo ello, Bedié y Affi N Guessan mantienen su llamamiento. «Los candidatos recuerdan que el llamamiento a la desobediencia civil fue lanzado por el bloqueo de la situación y la negativa del partido gubernamental a dialogar», ha señalado, antes de pedir a la CEDEAO que «siga jugando su papel de facilitación y mediación en el conflicto marfileño».

LA CANDIDATURA DE OUATTARA

El presidente optará a un tercer mandato, pese a que la Constitución solo autoriza dos, amparándose en que la Carta Magna ha sido enmendada mientras él estaba en el poder. Ouattara había anunciado previamente que no se presentaría, si bien cambió de postura tras la repentina muerte en julio del primer ministro y candidato gubernamental, Amadou Gon Coulibaly.

Únicamente cuatro candidatos podrán concurrir a las presidenciales, tras quedar fuera entre otros dos pesos pesados de la oposición, Gbagbo y Soro, lo que ha incrementado las tensiones en las últimas semanas, debido al historial de violencia electoral que tiene el país.

Naciones Unidas ha expresado su preocupación por el repunte de las tensiones y los episodios de violencia en Costa de Marfil, que han dejado al menos siete muertos y varias decenas de heridos, según los datos de las autoridades.

Muchos marfileños temen que otra polémica electoral pueda conducir a una nueva oleada de violencia como la registrada tras los comicios de 2010, cuando Gbagbo se negó a reconocer la victoria de Ouattara, que remachó una década turbulenta en la que Costa de Marfil tiró por tierra años de avance próspero y estable.

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