La oposición achaca al Gobierno «imprudencia» e «irresponsabilidad» por no prever una alternativa al estado de alarma
El PSOE se defiende alegando que ya no había opción a seguir prorrogando y que el Supremo dará seguridad jurídica
La oposición ha aprovechado el debate en el Congreso del decreto ley de medidas posteriores al estado de alarma para reprochar al Gobierno la falta de una alternativa a esa medida excepcional, con acusaciones que van de «imprudencia» a directamente «irresponsabilidad» e incluso «deserción» frente al coronavirus.
Al defender el decreto, la vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, ha explicado que España vive actualmente una «situación esperanzadora» frente al coronavirus, gracias al proceso de vacunación, y por ello se descartó prorrogar el estado de alarma, ya que estamos es un escenario «no proporcional» con esa medida.
La vicepresidenta cuarta, sola en el banco azul del Gobierno, ha pedido el respaldo para el decreto ley basándose en que incluye la prórroga de medidas sociales como la prohibición de desahucios y cortes de suministros a los más vulnerables, pero la oposición ha censurado que no haya previsto reformas para este escenario posterior al estado de alarma, más allá de ceder al Tribunal Supremo la última palabra sobre las medidas que adopten las comunidades.
ESCURRIR EL BULTO, BALONES FUERA
Para la diputada de CC, Ana Oramas, el Gobierno «ha tirado las armas y ha desertado», optando por «escurrir el bulto» para no «desgastarse con medidas impopulares». «Eso es mala política, política de la peor», ha dicho. Para Carlos Sayas, de UPN, el decreto ley refleja «la incompetencia» del Gobierno de coalición, echando «balones fuera» a las comunidades y al Tribunal Supremo.
Josune Gorospe, del PNV, sostiene que este decreto ley es el «finiquito del estado de alarma» y que el Gobierno pretende «pasar la pantalla y llegar a un futuro inmune», pero se olvida de que aún hay riesgo de rebrotes. A su juicio, esa actitud denota «imprudencia» porque «nadie sabe lo que puede pasar dentro de 15 días» y encima se ha decidido con pisas y sin contar con nadie, por lo que ahora el Gobierno no debe esperar adhesiones de los nacionalistas.
Ciudadanos, por su parte, ha anunciado el voto en contra porque, aunque apoya la prórroga de medidas sociales para los más vulnerables, rechaza la actitud del Gobierno de rehuir el diálogo y delegar en el Tribunal Supremo sin preparar un plan b al estado de alarma. «Esto un chantaje y por ahí no vamos a pasar», ha resumido su portavoz, Edmundo Bal.
Genis Boadella, del PDeCAT, también se ha quejado de que se incluyan asuntos tan «complicados» como la vía del Supremo junto con medidas de índole social que no pueden rechazarse y por ello no se opondrá a convalidar el decreto, aunque quiere que se tramite como proyecto de ley para poder precisar su contenido.
Desde Vox, Juan Calvo Liste ha señalado que este decreto ley refleja «nuevamente prisas, irresponsabilidades y parches», y con la negativa del Gobierno a regular una alternativa, se va a pasar «de un estado de alarma a un estado de gobierno judicial».
PP: EL PSOE GOBIERNO EN EL PEOR MOMENTO
Y Carlos Rojas, del PP, ha acusado al Gobierno de «mentiroso», de «no saber gobernar» y de «abusar» del mecanismo del decreto ley renunciando a una alternativa al estado de alarma: «Este Gobierno no está a la altura del país –ha proclamado–. Es el peor Gobierno en el peor momento».
Frente a las críticas, el socialista Rafael Simancas ha subrayado que el estado de alarma no se podía prorrogar más y ha negado que el Ejecutivo se haya desentendido de la situación. Para el PSOE, el decreto supone «más protección social y más garantía jurídica» y «sólo desde la ignorancia o la voluntad de hacer daño se puede uno oponer». «La derecha apuesta a que todo vaya mal para que a ellos les vaya bien», sostiene.
También Rosa María Medel, de Unidas Podemos ha recordado las críticas que en su día recibió el estado de alarma y los votos en contra de cada prórroga, y ha descalificado el plan alternativo que ha defendido el PP, al considerarlo «vacío», ya que ni siquiera permite toques de queda.