La ONU sitúa celebrar elecciones como su prioridad máxima en Libia
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado este viernes a los líderes a poner fin al estancamiento político en Libia y considera la celebración de las elecciones como «el único camino creíble para un Gobierno legítimo y unificado», todo ello en un Comité de Alto Nivel de la Unión Africana en Addis Abeba.
«No hay alternativa a las elecciones. Siguen siendo el único camino creíble hacia una gobernanza legítima y unificada», ha comunicado Guterres en el encuentro en la capital etíope y ha afirmado que solo tienen una meta: «garantizar el derecho del pueblo libio a vivir en paz; votar en elecciones libres y justas; y compartir la prosperidad de su país», ha agregado.
En diciembre de 2021 Libia estuvo a las puertas de celebrar unas inéditas elecciones presidenciales y parlamentarias pero varias disputas internas forzaron su cancelación.
«La ausencia de elecciones empeora la inseguridad económica, aumenta la inestabilidad política, corre el riesgo de que se renueven los conflictos y hace surgir el fantasma de las divisiones», ha añadido Guterres.
Según ha comunicado Guterres, un representante especial de Naciones Unidas ha comprometido a las partes libias y a los socios internacionales a acordar una base constitucional para las elecciones a finales de febrero.
Por otra parte, el secretario general ha elogiado los avances en materia de seguridad, con el acuerdo de alto el fuego de 2020 todavía vigente, y fija la retirada completa de combatientes y mercenarios extranjeros de Libia como la próxima prioridad de la Comisión Militar Conjunta, pues esta injerencia externa habría empeorado el conflicto.
En materia de migración, Guterres ha denunciado la situación de los solicitantes de asilo y las miles de personas que intentan cruzar el Mediterráneo que son devueltas a Libia y detenidas en condiciones precarias.
Según un informe de Naciones Unidas realizado a finales de enero sobre la situación de los Derechos Humanos en Libia, la situación del país es crítica con denuncias de ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, trata de personas, desplazamientos internos y la existencia de enterramientos masivos.
Tras el derrocamiento en 2011 del líder libio Muamar Gadafi, quien habría dirigido Libia durante más de 40 años, el país ha liado con varias crisis y el Gobierno de dos administraciones rivales: un Ejecutivo reconocido por la ONU con sede en la capital de Trípoli y el denominado Ejército Nacional Libio, cuya base se encuentra en el este del país.