La ONU promete en enfoque «sólido y proactivo» y apoyar una Constitución permanente en Sudán del Sur
El nuevo jefe de la misión de la ONU en Sudán del Sur (UNMISS), Nicholas Haysom, ha prometido este jueves adoptar un enfoque «sólido y proactivo» en Sudán del Sur, donde además se ha comprometido a apoyar la redacción de una Constitución permanente que conduzca hacia elecciones.
En una sesión de información en Yuba, la capital de Sudán del Sur, Haysom ha defendido que con la renovación del mandato de la misión de Naciones Unidas se reconoce «el imperativo de la consolidación de la paz», y ha ordenado avanzar «en una visión estratégica de tres años para evitar un regreso a la guerra civil; construir una paz duradera a nivel local y nacional; y para apoyar una gobernanza inclusiva y responsable», así como «elecciones libres, justas y pacíficas».
Además, ha precisado que la misión está reequilibrando el personal militar de mantenimiento de la paz para «adoptar un enfoque ágil, sólido y proactivo para la protección de los civiles», según recoge la emisora local Radio Tamazuj, y trabajando para «proteger a los trabajadores y suministros humanitarios, y asegurar el acceso a los servicios humanitarios, incluida la reconstrucción de 3.500 kilómetros de carreteras»
Algo «vital» para «mejorar el comercio, el acceso a los servicios básicos y permitir que las comunidades se conecten», ha agregado.
En referencia a una Constitución permanente en la nación, ha considerado que es «un acto de soberanía por excelencia», y por último, ha insistido en que «sin una paz real y duradera, el progreso en casi todos los aspectos de la vida social, económico y política de Sudán del Sur es imposible».
A pesar del descenso de los enfrentamientos armados entre el Ejército y los grupos rebeldes –algunos que no firmaron el acuerdo de paz se comprometieron posteriormente a un alto el fuego y están en negociaciones con Yuba–, el país ha sufrido un repunte de los enfrentamientos intercomunitarios, achacado en parte a los vacíos de poder y seguridad generados por la lentitud en la puesta en marcha del acuerdo de paz.
El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, y el antiguo líder rebelde Riek Machar llegaron a un acuerdo en 2018 que puso fin a cinco años de conflicto.