La ONU estima ya en más de 200.000 los desplazados por la violencia electoral en RCA
ACNUR alerta de que miles de refugiados en la vecina República Democrática del Congo se exponen a una situación especialmente crítica
La agencia de Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR, ha estimado que más de 200.000 personas han escapado de la violencia y de la inseguridad derivadas de las conflictivas elecciones en República Centroafricana (RCA), y que decenas de miles de ellas, en particular las refugiadas en República Democrática del Congo, se enfrentan a una situación crítica por la falta de recursos en los países de acogida.
Desde las elecciones generales del 27 de diciembre, el conflicto armado entre las fuerzas gubernamentales y una coalición de grupos armados se ha agravado profundamente hasta el punto que el presidente del país, Faustin-Archange Touadéra, decretó la semana pasada el estado de emergencia en el país durante un periodo de 15 días ante la ofensiva de la alianza rebelde la Coalición de Patriotas por el Cambio (CPC), contra la capital, Bangui.
Ante esta tesitura, el jefe de la Misión Unidimensional Integrada de Naciones Unidas para la Estabilización en República Centroafricana (MINUSCA), Mankeur Ndiaye, reclamó al Consejo de Seguridad de la ONU el envío de más cascos azules al país ante el incremento de la violencia por la ofensiva.
De acuerdo con las estimaciones de la agencia, más de 92.000 personas han llegado a República Democrática del Congo (RDC) mientras que otras 13.240 han cruzado a Camerún, Chad y República del Congo, a los que hay que sumar otros 100.000 desplazados internos, de acuerdo con las autoridades de los respectivos países y las cifras que baraja la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
«La constante volatilidad de la situación ha ralentizado la respuesta humanitaria y dificultado el acceso a los desplazados internos. La carretera principal que usamos para el envío de suministros se encuentra cerrada», ha lamentado este viernes el portavoz de ACNUR Boris Cheshirkov en rueda de prensa desde Ginebra.
Además, la ONU denuncia la presencia de grupos armados cerca de las comunidades de desplazados internos de Batangafo y Bria, y que «supone un grave riesgo para la seguridad de la gente, que se expone a amenazas de extorsión o de reclutamiento forzado».
CRISIS EN RDC
La violencia también se extiende a RDC, donde los refugiados se reparten entre 40 localidades en las provincias de Ubangi del Norte, Ubangi del Sur y Bas Uele, a donde han llegado a través de los ríos Ubangi, Uele y Mbomou. Los refugiados han confirmado a ACNUR que han huido en varias ocasiones del ruido de los disparos y muchos de ellos dejaron atrás sus pertenencias.
Especialmente preocupante es la situación de la mayoría de refugiados que se encuentran en la parte más remota de las cuencas de los ríos, donde dependen de la pesca y de la buena voluntad de las comunidades locales para resguardarse de la intemperie y sobrevivir a la hambruna, a la malaria y a la diarrea.
Dado el bloqueo de las carreteras, el acceso es casi imposible y no fue hasta la semana pasada que comenzaron a llegar nuevos suministros a Ubangi del Norte y Bas Uele.
«Los refugiados necesitan urgentemente comida, agua potable, ayuda de primera necesidad y acceso a medicinas para evitar la propagación del coronavirus, así como documentación personal», ha pedido el portavoz. El único instrumento hasta ahora es un registro biométrico empleado por la ONU, por el que se estima que cada día están llegando 1.000 personas a República Democrática del Congo.
ACNUR avisa que el tiempo apremia porque las lluvias llegan en seis semanas a Bas Uele y a Ubangi del Norte. El agua convertirá la entrega de ayuda en impracticable y será necesario recurrir a un costoso transporte aéreo para el que apenas hay fondos: solo un dos por ciento de los 150 millones de dólares solicitados por ACNUR a los donantes internacionales han llegado a las arcas de la organización, «y las necesidades no paran de aumentar», denuncia el portavoz.