La OMS y el ECDC advierten de que la variante Delta ya es la dominante en la mayoría de países europeos
La Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) han advertido de que la variante Delta del SARS-COV-2, el virus causante de la COVID-19, «es ahora dominante en gran parte de Europa».
Los datos de vigilancia comunicados a OMS Europa y al ECDC muestran que entre el 28 de junio y el 11 de julio de 2021 la variante Delta era dominante en la mayoría (19 países) de los 28 países que comunicaron información de secuenciación genética suficientemente completa.
De estos 19 países, la proporción mediana de todos los aislamientos de virus secuenciados a nivel nacional detectados mostró que la proporción de la variante Delta era del 68,3 por ciento, superando a la variante Alfa, anteriormente dominante (22,3%) en toda Europa.
Según las tendencias actuales, la variante Delta será la cepa dominante a nivel mundial «en los próximos meses» y ya se ha identificado en casi todos los países europeos. «Seguirá propagándose, desplazando la circulación de otras variantes a menos que surja un nuevo virus más competitivo», advierten estos organismos.
«Estamos lejos de estar fuera de peligro en cuanto al fin de la pandemia y, lamentablemente, en muchos países de nuestra región estamos viendo un aumento significativo de los casos asociados a la propagación de la variante Delta, altamente transmisible. A pesar de los enormes esfuerzos realizados por los Estados miembros para vacunar a la población de toda la región, hay millones de personas que siguen sin vacunarse y, por tanto, corren el riesgo de acabar en el hospital. La buena noticia es que los datos muestran claramente que recibir una serie completa de vacunas reduce significativamente el riesgo de enfermedad grave y muerte. Cuando se les pide que lo hagan, las personas deben vacunarse», ha señalado el director de la OMS en Europa, Hans Henri P. Kluge.
«Debemos permanecer vigilantes y seguir utilizando el sentido común para prevenir la propagación del virus. Esto significa vacunarse en cuanto se presente la oportunidad y mantener el distanciamiento físico, lavarse las manos, evitar los espacios concurridos y usar una mascarilla cuando sea necesario. Son medidas que sabemos que funcionan para protegernos a nosotros mismos y a los demás. Deberíamos pensar en ellas como medidas antibloqueo porque pueden ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad sin tener que cerrar grandes partes de la sociedad», ha añadido la directora del ECDC, Andrea Ammon.
En consecuencia, la OMS y el ECDC instan a los grupos prioritarios, como las personas mayores, las personas con enfermedades crónicas y el personal sanitario, a recibir la pauta completa de la vacuna contra COVID-19 para «protegerse a sí mismos y a las personas vulnerables con las que están en contacto de la enfermedad grave».
Además, recomiendan «encarecidamente» un rápido despliegue de las vacunas a todos los grupos elegibles. Asimismo, indican que en los lugares en los que la variante Delta se está extendiendo «será necesario aplicar de forma intensiva las medidas de salud pública actuales, incluido un mayor acceso a las pruebas, para controlar la transmisión del virus, sobre todo mientras el progreso de la vacunación todavía no sea lo suficientemente alto en muchos países».
Al respecto, la OMS recomienda que los países «aumenten el acceso a las pruebas gratuitas, amplíen la secuenciación, incentiven la cuarentena para los contactos y el aislamiento para los casos confirmados, refuercen el rastreo de los contactos para romper las cadenas de transmisión y garanticen la vacunación de las personas de mayor riesgo entre nuestras poblaciones».