La OMS resalta la importancia de la tecnología y las herramientas de vigilancia para hacer frente a futuras pandemias
En el marco de la Cumbre Mundial de la Salud, celebrada en Berlín (Alemania), el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha insistido en la necesidad de contar con nuevos y potentes sistemas y herramientas de vigilancia mundial para recoger, analizar y difundir datos sobre brotes con potencial de convertirse en epidemias y pandemias.
«Los virus se mueven rápido, pero los datos pueden moverse aún más rápido. Con la información adecuada, los países y las comunidades pueden adelantarse a los riesgos emergentes y salvar vidas», ha expuesto el director general de la OMS.
En este sentido, ha advertido de que la urbanización, la deforestación, el cambio climático y la intensificación de las prácticas agrícolas están aumentando los riesgos de epidemias y pandemias, incluidas las de origen zoonótico y los patógenos resistentes a los antimicrobianos.
Sin embargo, «al mismo tiempo, las nuevas tecnologías nos permiten predecir, prevenir, detectar y responder a los brotes con más rapidez que nunca. Aprovechar el poder de estas nuevas tecnologías para salvar vidas no es sólo una oportunidad, es una obligación», ha insistido.
En este sentido, ha recordado la importancia de la creación del Centro de Inteligencia sobre Pandemias y Epidemias de la OMS, inaugurado el pasado 1 se septiembre también en Berlín. «Consiste en aprovechar las innovaciones en la ciencia de los datos, en aprovechar el poder de la inteligencia artificial, la computación cuántica y otras tecnologías de vanguardia, y en fomentar un mayor intercambio de datos e información entre comunidades y países», ha resumido.
Así, ha reiterado que «ninguna institución o nación puede hacerlo sola». Por eso, añade, se ha utilizado el término «inteligencia colaborativa», para «captar la esencia de nuestra misión colectiva». Según Tedros, no se trata de un sistema «único y centralizado», sino de una red mundial en constante evolución, diseñada para un futuro «cambiante e imprevisible».
El Centro de la OMS reunirá a científicos, innovadores, responsables políticos, especialistas en torno al concepto One health (una sola salud) y representantes de la sociedad civil de todo el mundo para trabajar más allá de las fronteras y las disciplinas, haciendo realidad la inteligencia colaborativa.
Así las cosas, los conocimientos y perspectivas desarrollados a través del centro de la OMS están diseñados para ser puestos en práctica sobre el terreno en todo el mundo para mejorar la detección, la evaluación de riesgos, la previsión, y acelerar el uso de la secuenciación genómica ampliada y los esfuerzos de diagnóstico.
En esta línea, las herramientas y capacidades desarrolladas en el hub de la OMS se lograrán a través de la colaboración entre los profesionales de la salud pública que trabajan a nivel local y están conectados a nivel regional y mundial. «Se trata de un enfoque en mosaico, un ecosistema epidemiológico. Los antiguos enfoques rígidos, aislados y jerárquicos ya no son suficientes ni prácticos», ha explicado el director general de la OMS.
Según el dirigente del organismo de Naciones Unidas, «es hora de que la salud pública se ponga al día con otros campos de la ciencia». «Lo que hemos iniciado en Berlín es el primer pilar de un esfuerzo estratégico para crear capacidades nacionales y laborales, ampliar la formación y apoyar a las instituciones nacionales de salud pública y a los centros de operaciones de emergencia», explica.
En consonancia con las recomendaciones de las recientes revisiones de la preparación y la respuesta ante una pandemia, «esto forma parte del compromiso de la OMS de mantener el mundo más seguro, de ser la organización que el mundo necesita y de dar a los países la información y las herramientas que necesitan para proteger a su población», ha sentenciado Tedros, que ha añadido que «nadie ha hecho más por hacer realidad la visión del Centro de la OMS que la canciller Merkel».
Bajo su liderazgo, añade, Alemania se ha convertido en «uno de los principales defensores de la salud mundial». Esto es muy anterior a la crisis actual, ya que se remonta a la Cumbre del G8 de 2007, que movilizó 60.000 millones de dólares para la salud mundial.
Asimismo, tal y como ha recordado Tedros, cuando se produjo la pandemia de COVID-19, el Gobierno alemán se apresuró a ampliar su apoyo financiero a la OMS, convirtiéndose en el mayor donante de la organización. «Además, fue uno de los primeros en apoyar el Acelerador de Acceso a las Herramientas de COVID-19, para que pudiéramos hacer llegar las terapias, los diagnósticos y las vacunas a los países que más las necesitaban», rememora Tedros.
«Este es el tipo de solidaridad internacional y de visión de futuro que representa el Centro de la OMS, que trabaja con socios de todo el mundo para llevar nuevas tecnologías y metodologías a todos los países de forma equitativa y colaborativa», concluye Tedros.