La OMS pide más estudios para el uso de ivermectina, un fármaco investigado por científicos españoles

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que se necesitan más estudios e investigaciones más grandes para evaluar el uso del fármaco ivermectina contra el COVID-19. Científicos de la Clínica Universidad de Navarra y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa, están investigando su eficacia para reducir la transmisión del virus.

«Todas las medicinas tienen efectos secundarios, por lo que tenemos que asegurarnos de que los beneficios superan los riesgos. Usar una medicina por una corazonada no es buena idea», ha resaltado el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Michael Ryan, en rueda de prensa este viernes desde Ginebra (Suiza).

Al respecto, la responsable de Enfermedades Emergentes y Zoonosis de la OMS, Maria Van Kerkhove, ha señalado que el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas no tiene por el momento una posición definitiva sobre el uso de este medicamento.

«De momento no hemos hecho recomendaciones, pero estamos haciendo seguimiento de los estudios que parecen prometedores», ha señalado, indicando que de momento hay 11 estudios que ofrecen datos de 1.500 pacientes y se esperan hasta 56 estudios que analizarán a 7.000 pacientes.

«Ivermectin no se incluyó en el primer ensayo Solidaridad . Seguiremos repasando todos los ensayos. Hay que ser cuidadosos al interpretar los resultados de ensayos pequeños y tenemos que revisar todas las pruebas en conjunto», ha agregado al respecto la doctora Soumya Swaminathan, científica jefe de la OMS.

La ivermectina es un fármaco antiparasitario que, según se ha demostrado in vitro , puede reducir la replicación del SARS-CoV-2, aunque a concentraciones mucho más elevadas que las recomendadas para uso humano. Esto, junto con los resultados de un estudio preliminar en humanos, que utilizó datos de origen dudoso y que nunca se publicó en una revista científica, hizo que la ivermectina comenzara a emplearse en muchos países de América Latina a pesar de la falta de evidencia fiable sobre su eficacia en prevenir o tratar la infección.

Ahora, un pequeño estudio piloto dentro del proyecto SAINT , liderado por estas dos entidades españolas, sugiere que la administración temprana de ivermectina puede disminuir la carga viral y la duración de los síntomas en pacientes con COVID-19 moderada, lo cual a la vez podría ayudar a reducir la transmisión del virus.

En su trabajo, publicado en la revista científica EClinicalMedicine a mediados de enero, el equipo de investigadores españoles administró una sola dosis de ivermectina o placebo a 24 pacientes con infección confirmada y síntomas moderados, en las 72 horas tras los primeros síntomas. Se tomaron frotis nasofaríngeos y muestras de sangre en el momento del reclutamiento y transcurridas una, dos y/o tres semanas del tratamiento.

Sus resultados no mostraron ninguna diferencia en el porcentaje de pacientes positivos por PCR al cabo de 7 días postratamiento (el 100% de los pacientes era positivo en ambos grupos). Sin embargo, la carga viral mediana en el grupo tratado con ivermectina fue menor (unas 3 veces menor transcurridos cuatro días y hasta 18 veces menor a los 7 días del tratamiento), aunque no se alcanzó una diferencia estadísticamente significativa. Los pacientes en el grupo tratado también mostraron una reducción en la duración de algunos síntomas (del 50% en la pérdida del olfato y el gusto y del 30% en la tos).

Todos los pacientes desarrollaron anticuerpos IgG frente al virus pero, de nuevo, el valor medio de dichos anticuerpos en el grupo tratado fue menor que en el grupo placebo. «Esto podría ser el reflejo de una menor carga viral en estos pacientes», comentó Carlos Chaccour, líder de esta investigación.

El hecho de que no hubo diferencias en la duración de síntomas o marcadores asociados a la inflamación sugiere que la ivermectina puede estar actuando por medio de otro mecanismo que no tiene que ver con un posible efecto antinflamatorio. Los autores proponen que podría estar interfiriendo con la entrada del virus en las células, como sugiere un estudio en hámsteres realizado por el Instituto Pasteur.

«Estos resultados van en la misma línea que los de ensayos recientes en Bangladesh y Argentina. Aunque es un estudio pequeño y todavía es pronto para establecer conclusiones, las tendencias observadas en la reducción de carga viral, duración de síntomas, y niveles de anticuerpos resultan alentadoras y justifican la realización de estudios clínicos controlados a mayor escala y con una mayor diversidad de pacientes», admitió Chaccour.

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