La OCDE advierte de la pérdida de impulso y de los crecientes desequilibrios de la recuperación global
La economía mundial continúa recuperándose, pero esta reactivación está perdiendo impulso y es cada vez más desequilibrada, según ha advertido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha revisado a la baja sus proyecciones para las principales economías mundiales, aunque se mantiene «cautelosamente optimista».
«Nuestro escenario central es que la recuperación global continúe, con el mundo lidiando mejor con la pandemia y las políticas monetarias y fiscales manteniéndose en general favorables a lo largo de 2022», ha asegurado la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, en la presentación del informe Perspectiva Económica .
De este modo, el think tank de las economías avanzadas espera que el PIB mundial crezca en 2021 a un ritmo del 5,6%, una décima menos de lo anticipado anteriormente, mientras que mantiene la previsión de que el crecimiento en 2022 sea del 4,5% y que la expansión se moderará un año más tarde al 3,2%.
En su análisis, la OCDE advierte de la aparición de «grandes desequilibrios» por las marcadas diferencias en la recuperación entre países, lo que refleja las condiciones nacionales de salud, la combinación de políticas y la composición del sector, así como por la escasez de mano de obra en algunos sectores y por la persistente brecha entre la oferta y la demanda de algunos bienes, junto con el aumento de los costes de los alimentos y la energía, lo que ha provocado aumentos de precios más altos y duraderos de lo esperado.
A este respecto, la OCDE confía en que a medida que mejore la situación sanitaria, la demanda se estabilice y las personas regresen al mercado laboral, los cuellos de botella de la oferta deberían desaparecer, por lo que prevé que la inflación retroceda gradualmente a alrededor del 3% para 2023 en el conjunto de países, señalando que, en las circunstancias actuales, lo mejor que pueden hacer los bancos centrales es esperar a que las tensiones de oferta disminuyan señalando que actuarán si es necesario.
«Estos desequilibrios crean incertidumbre y más riesgos a la baja que al alza», ha apuntado Boone, quien ha expresado la preopupación de la organización «más por el uso que se hace de la deuda que por su nivel», añadiendo que, si bien el aumento del endeudamiento durante la pandemia era necesario, «ahora es el momento de reenfocar el apoyo fiscal en la inversión productiva que impulsará el crecimiento».
En este sentido, ha criticado que «faltan planes detallados a medio plazo para las finanzas públicas», subrayando que el trabajo en ellos debería comenzar ahora, ya que un marco fiscal claro, sólido y responsable fortalecería la confianza en que aumentará el crecimiento,reduciendo así los desequilibrios y riesgos.
Asimismo, la economista jefe de la OCDE ha criticado que «se habla demasiado y no se toman suficientes medidas en lo que respecta al cambio climático», lo que ha considerado «alarmante», ya que la incertidumbre política al respecto está obstaculizando la inversión en energía limpia e infraestructura.
«Cuanto más esperen los gobiernos, mayores serán los riesgos de una transición abrupta en la que los precios de la energía sean más altos y más volátiles», ha añadido.
NUEVAS PREVISIONES.
En el caso de la mayoría de los países de la OCDE, la organización prevé un crecimiento entre 2022-23 más rápido que el potencial estimado, lo que permitirá que muchas de estas economías recuperen, o incluso superen, la ruta de crecimieto del PIB que se proyectaba antes del inicio de la pandemia.
Sin embargo, para las economías fuera de la OCDE «el panorama a mediano plazo es más heterogéneo», ya que, si bien las tasas de crecimiento del PIB estarán en general por encima de las de los países avanzados, el crecimiento del PIB proyectado sigue muy por debajo de lasenda esperada antes de la pandemia.
Entre las principales economías analizadas, la OCDE ha enfriado sus expectativas para Estados Unidos, que rebotará este año un 5,6%, cuatro décimas menos, para moderar el ritmo de expansión en 2022 al 3,7%, dos décimas por debajo de la anterior previsión, y crecer un 2,4% en 2023.
En el caso de la zona euro, las nuevas previsiones del think tank apuntan a un crecimiento del 5,2% en 2021, una décima menos, y del 4,3% en 2022, tres décimas por debajo de lo estimado previamente, con un crecimiento proyectado del 2,5% para 2023.
Al margen de la OCDE, la organización anticipa que el crecimiento del PIB de China alcance el 8,1% este año para moderarse en 2022 y 2023 al 5,3%, mientras que en el caso de la India, espera que la economía crezca en 2021 un 9,4% y un 8,1% en 2022, moderando el ritmo de expansión al 5,5% un año después.