La muerte del líder de Boko Haram incrementa la amenaza de Estado Islámico en el lago Chad
ISWA, la filial en la zona, vuelve a estar en manos de Al Barnawi y se espera que experimente un trasvase de fuerzas
Pocos terroristas en África eran tan conocidos como Abubakar Shekau. El líder de Boko Haram ganó fama mundial por el secuestro de más de 200 niñas en una escuela en Chibok (Nigeria) en 2014 y por su terrible crueldad, incluido el uso de menores como terroristas suicidas. Dado por muerto en varias ocasiones, esta vez parece la definitiva, lo que abre la vía a la consolidación de Estado Islámico en la cuenca del lago Chad.
Al frente de Boko Haram desde la muerte de su fundador, Mohamed Yusuf, en 2009, en 2015 juró lealtad a Estado Islámico pero sus métodos demasiado cruentos incluso para el grupo que entonces comandaba Abu Bakr al Baghdadi hicieron que fuera apartado como líder en agosto de 2016, consumándose así la escisión de Estado Islámico en África Occidental (ISWA) con Abu Musab al Barnawi, hijo de Yusuf, a la cabeza.
La escisión supuso un varapalo para Shekau, que vio adelgazar sus filas en detrimento del grupo rival, que pasó a ser el predominante en la región, pero Boko Haram se mantuvo activo, con el bosque de Sambisa, en el estado nigeriano de Borno, como su principal feudo y base de operaciones.
Ha sido precisamente aquí donde Shekau ha encontrado la muerte. Según lo desvelado por el portal nigeriano HumAngle, que dirige el periodista Ahmad Salkida, muy conocido por su información de primera mano sobre la insurgencia en la zona, el líder de Boko Haram se suicidó con el chaleco de explosivos que portaba al negarse a rendirse a ISWA.
La noticia, que se conoció el 20 de mayo y que muchos se resistían a dar por buena dados los precedentes de reapariciones milagrosas de Shekau en el pasado, fue confirmada durante el fin de semana por ISWA en un mensaje de audio interno de su líder al que tuvo acceso HumAngle.
Al Barnawi –reinstaurado en el cargo hace tan solo unas semanas– explicó que por orden expresa del nuevo líder de Estado Islámico, los combatientes de ISWA lanzaron una ofensiva en Sambisa contra los «infieles» de Shekau. Este consiguió escapar inicialmente, pero finalmente fue localizado y detenido.
SHEKAU SE NEGÓ RENDIRSE
Los milicianos de ISWA instaron a Shekau y sus hombres a arrepentirse pero este, según Al Barnawi, «prefirió ser humillado en el más allá en lugar de ser humillado en la tierra», procediendo a detonar el chaleco de explosivos que vestía, lo que le mató de forma inmediata. A continuación, Al Barnawi instó a los hombres de Shekau a abandonar la lucha, advirtiéndoles de que de lo contrario seguirían la misma suerte que su líder.
Así las cosas, los expertos coinciden en que buena parte de los combatientes de Boko Haram pasarán a engrosar las filas de ISWA. El control del bosque de Sambisa es de particular relevancia estratégica debido a su situación a tan solo 60 kilómetros de Maiduguri, la capital de Borno, el estado en el que vio la luz el grupo terrorista y su principal foco de actividad.
Los combatientes de ISWA tendrán «un nuevo lugar desde el que operar» ya que esta zona «les ofrece la mejor cobertura posible contra los bombardeos aéreos del Ejército nigeriano en comparación con la zona del lago Chad, cuyo terreno les hace ser más vulnerables», resalta Salkida en un artículo.
«Esto permitirá a ISWA otro punto de acceso para amenazar Maiduguri y ofrecerá rutas logísticas hacia Camerún y rutas de ataque hacia el norte de Adamawa», otro de los estados del noreste de Nigeria afectados por la violencia, coincide Jacob Zenn, experto en Boko Haram, en un artículo en Jamestown Foundation.
Por su parte, Alex Thruston, experto en yihadismo en África, reconoce en un artículo en Lawfareblog que aunque ISWA es «una fuerza formidable y la muerte de Shekau podría fortalecerle aún más», sus actividades tienen «un techo».
Si su ambición le lleva a tomar Maiduguri, el Ejército de Nigeria seguramente se movilizaría para recuperar la ciudad, añade, incidiendo en que «la cuestión es cómo de lejos y durante cuánto tiempo ISWA puede avanzar hasta perturbar el tenso equilibrio actual».
La filial de Estado Islámico «podría ser lo suficientemente lista como para no expandirse demasiado lejos ni demasiado rápido», subraya Thruston, ya que con ello sigue manteniendo su influencia sobre millones de personas, su capacidad de cobrar impuestos en las zonas rurales y «una considerable cantidad de autonomía y libertad de movimiento».
NUEVO LIDERAZGO DE AL BARNAWI
Aquí entra en juego otro factor importante: la vuelta de Al Barnawi a la jefatura de ISWA. El hijo de Yusuf había sido apartado del cargo en marzo de 2019, en unas circunstancias que ISWA no aclaró nunca, pero que estarían relacionadas con su intento de purgar a los dirigentes más radicales.
Su retorno se produjo apenas días antes de que se lanzara la ofensiva contra Shekau en Sambisa y su victoria sobre este seguramente «aumente su credibilidad», destaca Zenn.
En su opinión, la restauración de Al Barnawi, «que tenía una reputación de indulgencia hacia los civiles» cuando controló el grupo, «sugiere que ISWA buscará lograr más apoyo civil en sus principales áreas de operación en las zonas rurales de Borno, Yobe y el norte de Adamawa» así como en la zona de Diffa, en Níger, y en las zonas fronterizas de Chad y Camerún.
Este nuevo enfoque y sus nuevos refugios permitirán a la filial de Estado Islámico «seguir reclutando y lanzando ataques en los próximos meses mientras el nuevo líder consolida su posición e intenta reincorporar a los comandantes de Shekau a ISWA», vaticina este experto.
MUCHO MÁS PELIGROSO
En opinión de Ahmad Salkida «un ISWA más grande, con más territorio, con escasa oposición de un grupo rival como Boko Haram, junto con los servicios sociales que ofrecen en las áreas bajo su control, es mucho más peligroso para las fuerzas de seguridad y la estabilidad de la región que el ISWA anterior a la muerte de Abubakar Shekau».
Además, la situación brinda una oportunidad para que el grupo atraiga a nuevos combatientes de Libia y de algunas zonas del Sahel en busca de un refugio seguro. Con todo ello, augura que ISWA se convertirá en una «fuerza formidable que suponga un mayor peligro para los países en la cuenca del lago Chad».
Hasta ahora, los repetidos esfuerzos del Gobierno nigeriano para derrotar a Boko Haram e ISWA han fracasado, pese a que el presidente, Muhamaru Buhari, aseguró que lo conseguiría y al apoyo que las fuerzas nigerianas han recibido de los países vecinos, en particular de Chad.
Sin embargo, este país se encuentra inmerso en un proceso de transición tras la repentina muerte de su presidente, Idriss Déby, el pasado abril, si bien al frente está actualmente su hijo, Mahamat Idriss Déby.
Chad ya llevó a cabo una exitosa campaña militar contra los islamistas en la zona bañada por el lago Chad en 2020, pero el país está inmerso también en combatir a los rebeldes del FACT –Déby murió en enfrentamientos con este grupo– así como a los yihadistas que operan en el Sahel, donde tiene desplegado un importante contingente en el marco del G-5 Sahel.
En el caso de Camerún, otro de los países afectados por ISWA, el Gobierno tiene abierto también un conflicto con los separatistas de las dos regiones anglófonas del país desde 2017, mientras que Níger, uno de los países más pobres del mundo y que este año ha vivido su primera transición pacífica de poder, se enfrenta a los yihadistas no solo en la frontera con Nigeria, sino también en el oeste en la frontera con Burkina Faso y Malí.