La Mesa del Congreso fijará la próxima semana el plazo para volver a negociar la Ley de Amnistía, si un mes o 15 días

La Mesa del Congreso deberá decidir en su reunión de la próxima semana, previsiblemente el martes 6 de febrero, el plazo para volver a negociar la Ley de Amnistía después de que Junts se descolgara este martes en el Pleno de la Cámara, impidiendo su aprobación y forzando la remisión del texto a la Comisión de Justicia.

El Pleno del Congreso pudo aprobar este martes el texto del dictamen que salió la pasada semana de la Comisión de Justicia, pero no permitió la remisión de la ley al Senado al no superarse la votación de conjunto por su rango orgánico, que necesitaba un apoyo mínimo de 176 votos y Junts prefirió votar en contra.

Es decir, hay un texto avalado por el Pleno, el dictamen que salió de la comisión hace una semana, pero no tuvo votos suficientes para darse por aprobado y remitirse al Senado, una situación de la que apenas hay precedentes.

El articulo 131.2 del Reglamento establece que cuando una iniciativa legislativa de rango orgánico no logra esa mayoría absoluta necesaria para darse por aprobada por el Pleno, el texto se remite a la comisión de la que salió para que redacte un nuevo dictamen «en el plazo de un mes».

DESPUÉS DE LAS ELECCIONES GALLEGAS

Pero la Ley de amnistía iba por el procedimiento de urgencia, que acorta los plazos a la mitad, y algunas fuentes interpretan que ese carácter se mantiene, pese a que la tramitación ordinaria acabó con la votación del Pleno.

Según informaron a Europa Press fuentes parlamentarias, la Mesa del Congreso deberá tomar una decisión la próxima semana, previo informe de los servicios jurídicos, ya que debe publicar el acuerdo de Pleno en el que se informa de que la ley no superó la votación orgánica y que se encarga a la Comisión de Justicia un nuevo dictamen. A partir de ahí empezarán a contar los plazos, pero en todo caso ya será después de las elecciones gallegas del 18 de febrero, ya que en la semana previa a los comicios apenas habrá actividad en la cámara.

Es previsible que en la Mesa se determine también qué texto se tomará como punto de partida y qué enmiendas de las presentadas a mediados de enero siguen en vigor, ya que no es posible presentar nuevas. En principio se cuenta con el dictamen aprobado por la Comisión y por el Pleno, y los grupos cuentan con repescar las enmiendas que llegaron a la comisión y que no fueron pactadas ni transaccionadas.

DOS PRECEDENTES Y SÓLO UNO PROSPERÓ

En todo caso, cualquier enmienda viva puede ser el enganche para introducir cambios mediante enmienda transaccional, y a diferencia de lo que ocurre en el Pleno, no es necesario el visto bueno de todos los grupos para su votación.

La situación que se ha abierto en el Congreso sólo cuenta con dos precedentes de leyes decaídas por falta de mayoría absoluta, ambos relativos a reformas de la Ley del Poder Judicial en la primera legislatura de José María Aznar. Una iniciativa decayó y la otra, de 1997, se recondujo y salió adelante tras aprobarse un nuevo dictamen en comisión veinte días después del fracaso en el hemiciclo.

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