La justicia internacional dice que Félicien Kabuga está en condiciones de ser juzgado por genocidio de Ruanda
Tribunales Penales Internacionales (MTPI) han asegurado este lunes que el millonario Félicien Kabuga está en condiciones de ser juzgado por el genocidio de Ruanda, al contrario de lo que lleva meses diciendo su abogado, su estado de salud no impide que sea juzgado.
Kabuga es considerado el principal financiador del genocidio de Ruanda de 1994 y uno de los individuos más buscados por estos sucesos.
Los jueces reconocen que Kabuga, de 87 años, está «frágil» y «que sufre varias enfermedades físicas, así como lesiones vasculares en el cerebro». Pero sobre la base de los diversos informes que se les han elaborado, los jueces sostienen que el deterioro cognitivo de Félicien Kabuga sigue siendo «leve» y puede ser juzgado, tal y como ha informado la emisora RFI.
Los jueces han pedido que se establezcan exámenes médicos periódicos por parte de tres médicos que deberán presentar un informe cada seis meses para certificar su aptitud para ser juzgado.
Asimismo, la Justicia ha decidido mantener detenido a Félicien Kabuga en La Haya, donde también será juzgado inicialmente y han descartado la opción de un traslado a Arusha, Tanzania, porque podría retrasar el juicio.
Hace tres años fue detenido en Asnires del Sena en Francia, donde residía con una identidad falsa, en una operación «sofisticada y coordinada, con registros simultáneos en varios lugares». El magnate estaba en busca y captura de Interpol por orden de Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR), que le acusa de siete cargos genocidio y crímenes contra la Humanidad por el genocidio.
El sospechoso, un empresario de etnia hutu, está acusado de financiar a las milicias que perpetraron la matanza de cerca de 800.000 tutsis y hutus moderados durante un periodo de cien días en 1994. Además era el presidente del comité de gestión de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM), considerada «la voz del genocidio».
Kabuga está acusado de financiar la masacre y de importar grandes cantidades machetes de China que luego fueron utilizados por la milicia Interahamwe para ejecutar a sus víctimas. Este rico empresario hutu, amigo del presidente ruandés Juvenal Habyarimana, fue imputado en 1997 por siete cargos: complicidad en genocidio, incitación directa y pública a cometer genocidio, intento de cometer genocidio, conspiración para cometer genocidio y persecución y exterminación relacionada con el asesinato masivo de tutsis y hutus moderados en Ruanda.
Las raíces del conflicto entre hutus y tutsis se remontan varias generaciones pero el genocidio se desató tras la muerte del presidente Habyarimana, víctima del derribo de su avión presidencial con un misil el 6 de abril de 1994. Tras la muerte del mandatario, la milicia Interahamwe lanzó una campaña de ejecuciones que se prolongó durante 100 días, en muchas ocasiones despedazando a sus víctimas en sus casas, en iglesias, estadios de fútbol o en barricadas.
A día de hoy todavía se están descubriendo fosas comunes, especialmente desde que los condenados que han cumplido sus penas han aportado información sobre el lugar en el que enterraron o abandonaron a sus víctimas.