La Justicia Alimentaria pide a Consumo que la regulación del etiquetado se base en la propuesta de la OMS
Justicia Alimentaria ha pedido al Ministerio de Consumo que la regulación del etiquetado alimentario se base en la propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y no en la realizada por la industria.
La organización se ha pronunciado así con motivo de la publicación de la investigación La gran mentira de Nutri-Score. Una herramienta al servicio de las grandes multinacionales de la alimentación procesada , en la que se denuncia que este sistema de clasificación de alimentos se va a utilizar como reclamo nutricional de alimentos insanos, ya que permite esconder muchos alimentos altos en azúcar, grasa y/o sal como saludables.
Según la organización, se trata de la propuesta de etiquetado que promueve la propia industria y no la que reclama la OMS basada en un sistema categórico de alimentos clasificados en sanos e insanos, sin término medio. En cuanto a ingredientes críticos, el perfil que propone la OMS se basa en los siguientes ingredientes: la grasa total, la grasa saturada, el azúcar total, el azúcar añadido, los edulcorantes, la sal y la energía.
En cambio, el Nutri-score es sistema de clasificación de cinco letras y colores basado en un algoritmo, en el que la A de color verde oscuro es la mejor opción y la E roja es la peor, pasando por la B, la C y la D. El cálculo del algoritmo hace que la mayor parte de los productos obtengan una clasificación verde a pesar de contener altos niveles de azúcar, grasa o sal.
«Justicia Alimentaria lleva años reclamando la implementación de un etiquetado obligatorio para todos los productos alimenticios que permita diferenciar claramente los alimentos que pueden considerarse insanos. Sin embargo, frente al sistema del algoritmo propuesto en el España, existen otros métodos más directos y eficaces», ha dicho la organización.
En estos sistemas, si un alimento es alto en azúcar, se indica claramente, como el sistema del semáforo o el de los hexágonos que se está implementando en Chile, en el que simplemente se muestra si el producto en cuestión lleva mucho azúcar, grasa o sal. Es un sistema simple, claro y directo. En el caso del Nutri-Score , el consumidor o consumidora no puede saber la cantidad de azúcar, sal o grasa que contiene el alimento si no se observa, como se ha hecho hasta ahora, la tabla nutricional.
Además, el algoritmo está pensado para poder comparar alimentos dentro de una misma categoría, no alimentos sin más, lo que genera diversas distorsiones en la percepción de compra saludable. Las zonas naranjas y rojas del Nutri-Score se pueden esquivar fácilmente, basta con no superar, por ejemplo, el 22 por ciento de azúcares, moderar las grasas insalubres y añadir fibra y proteína, por ejemplo.
Se trata de jugar con las cifras de manera que, añadiendo cierta cantidad de fibra, proteína o fruta, el resultado obtenido sea verde, aunque el alimento tenga una cantidad considerable de uno o más ingredientes críticos. «El resultado de todo ello es un producto insano, pero categorizado como saludable. Un hecho que genera también una falsa sensación de salud alimentaria en el proceso de compra», ha denunciado.
En este punto, el director de Justicia Alimentaria, Javier Guzmán, ha avisado de que si se aprueba el sistema de clasificación Nutri-Score como perfil nutricional se va a «enterrar durante los próximos años la posibilidad real» de mejorar la salud alimentaria de la población. «Por eso mismo, consideramos que es urgente regular la publicidad alimentaria sin utilizar este sistema y tomar de ejemplo países como Chile o Portugal dónde otro sistema ya está funcionando y está en vigor. No sirven excusas», ha apostillado.