La hija de la expresidenta boliviana Áñez denuncia «injerencia» del Gobierno en el caso golpe de Estado II

La hija de la expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez, Carolina Ribera, ha denunciado una presunta «injerencia» del Gobierno boliviano en el caso golpe de Estado II pues considera que algunos ministros salen a rueda de prensa a dar «instrucciones para que la Justicia actúe».

Según ha lamentado Ribera en una entrevista para El Deber Radio, en la causa judicial abierta contra su madre existe «ilegalidad, vulneración al debido proceso, injerencia política, la presunción de culpabilidad en lugar de inocencia y el abuso de la detención preventiva».

La hija de Áñez ha basado sus argumentos en el informe del relator especial de Naciones Unidas para la independencia de los magistrados y abogados, Diego García-Sayán, quien viajó a Bolivia a finales de febrero para abordar la situación judicial del país y, en concreto, sobre el caso de la expresidenta.

Además, ha criticado que Bolivia se ha convertido en un país «donde los inocentes están presos y los delincuentes salen libres» y donde «el inocente debe demostrar que es inocente y donde las personas deben demostrar que defienden la democracia».

Ribera ha mostrado su indignación por el hecho de que la Justicia vaya a dictar sentencia sobre su madre tras haberse llevado a cabo 21 audiencias, una cifra que considera ínfima en comparación con otros procesos «normales» en los que se realizan más de un centenar.

La hija de Áñez viajará a Estados Unidos para participar de un foro sobre democracia, en el que denunciará la actual situación que atraviesa la expresidenta, cuyo juicio debería reinstalarse el lunes en su etapa de alegatos finales y posterior lectura del veredicto.

La reapertura del caso también ha generado críticas desde la parte de Áñez, que presentó un nuevo recurso la semana pasada. Para Ribera, se estaría cometiendo «prevaricación» si se reanuda el caso antes de resolver la apelación presentada por la exmandataria.

Este movimiento ha despertado las críticas del oficialismo y del propio Gobierno, que han acusado a Áñez de seguir una estrategia que busca dilatar el proceso judicial «recurriendo a una serie de chicanas (artimañas).

Áñez está acusada en el marco de lo acontecido en noviembre de 2019, cuando el entonces presidente, Evo Morales, abandonó el cargo y, apenas dos días después, la propia Áñez, entonces senadora, asumió la Presidencia de Bolivia.

Estos hechos se enmarcan en un caso judicial denominado Golpe de Estado I y Golpe de Estado II . Este segundo ya se encuentra en fase de juicio oral, en el que Áñez y otras ocho personas son procesadas por decisiones contrarias a la Constitución.