La Hacienda de Somalia reclama al Gobierno que reduzca el gasto institucional ante la falta de fondos
El inspector general de Hacienda de Somalia, Mohamed Alí Afgoe, ha reclamado al Gobierno somalí que reduzca lo antes posible el gasto institucional dada la acuciante falta de fondos que padece el país africano, lastrado por el conflicto contra el yihadismo, la corrupción, la crisis política y los efectos de la pandemia y el cambio climático.
Somalia lleva décadas dependiendo de la ayuda internacional para sustentarse. Los ingresos obtenidos gracias a los impuestos nunca consiguen alcanzar los niveles esperados a pesar de las diferentes estrategias trazadas por los inestables gobiernos que han alcanzado el poder estos años y los factores mencionados han arrastrado al país a una espiral de déficit.
Ahora, la comunidad internacional ha comenzado a presionar a Somalia para que celebre lo antes posible nuevas elecciones –que culminarán a finales de año– como garantía para proseguir con la ayuda financiera.
Dada esta situación y en un gesto sin precedentes, el inspector general ha reclamado al ministro de Finanzas, Abdirramán Bailé, que reduzca inmediatamente el gasto de algunas agencias gubernamentales y suspenda ciertas partidas destinadas a organismos, como ya ha ocurrido previamente en los casos de la Cámara de Comercio, el Banco de Desarrollo, o la reciente reducción del presupuesto del Banco Central de Somalia en un 0,5 por ciento.
Preocupa también la situación en la Administración de la región de Banadir, donde se encuentra la capital, Mogadiscio, que también ha reducido su presupuesto en un 10 por ciento, según ha informado el portal somalí de noticias Garowe Online.
Sobre la corrupción, y a pesar de la iniciativa lanzada el año pasado, y que culminó en la detención y encarcelamiento de varios responsables de los ministerios de Salud y Finanzas por apropiación indebida de fondos internacionales de ayuda humanitaria, la comunidad internacional sigue insistiendo en que el país debe aplicar reformas más concretas para mejorar el sistema procesal contra los corruptos.
La corrupción alcanza igualmente al Ejército somalí, cuya financiación llegó a acabar prácticamente paralizada por Estados Unidos cuando las autoridades norteamericanas descubrieron que algunos generales estaban pagando a militares inexistentes (los llamados «soldados fantasma») para embolsarse estas pagas.
La opacidad de las operaciones del Gobierno ha afectado gravemente la recaudación local de los impuestos –hay que añadir que ese proceso está rara vez informatizado– y las esporádicas conquistas de la organización yihadista Al Shabaab han provocado que el número de localidades que aportan sus impuestos se haya reducido en los últimos años.