La GSMA pide un mercado europeo que fomente la inversión en infraestructura para evitar quedarse atrás en 5G
La asociación advierte de que la actual falta de control de Europa sobre su propia infraestructura en la nube amenaza su futura soberanía
La GSMA, asociación que engloba a la industria móvil a nivel mundial, ha defendido que Europa necesita un entorno de mercado que fomente la inversión en infraestructura crítica, más aún después del Covid-19, y ha advertido de que el Viejo Continente se puede quedar por detrás de otras grandes economías como Estados Unidos, Japón o Corea del Sur en el despliegue del 5G.
«Para que la digitalización tenga éxito, las personas y las empresas de todo el mundo deben estar conectadas a las mejores redes que existan, y Europa se está quedando atrás. Parte del problema es la profunda intervención regulatoria que se dirige exclusivamente al sector de las telecomunicaciones», señala la GSMA en su informe Soberanía, Resiliencia y Confianza .
La asociación incide en las complicadas condiciones de inversión en las que se encuentran los operadores de telecomunicaciones europeos debido a la caída de sus ingresos, una situación que se ha visto agravada por el impacto del Covid-19, que ha provocado nuevos costes e inversiones, así como una mayor debilidad en los ingresos por los daños económicos de la pandemia.
Asimismo, incide en que el despliegue del 5G costará mucho más que el de generaciones anteriores de telefonía móvil, dada su mayor complejidad y la necesidad de una cobertura más densa de estaciones base en el medio y largo plazo. De hecho, la Comisión Europea estima que cumplir con los objetivos marcados para 2025 tendrá un coste de unos 500.000 millones de euros, pese a que en los últimos cinco años los operadores solo han invertido 127.000 millones de euros.
En esta línea, advierte de que, aunque actualmente Europa está en línea con otras regiones cuanto a pruebas piloto y lanzamientos comerciales del 5G, sus previsiones recogen que en 2025 solo un tercio de las conexiones serán de 5G en el Viejo Continente, quedando por detrás de mercados como Estados Unidos, Japón o Corea del Sur, donde los niveles de adopción estarán entre el 50% y el 60%.
Ante esta situación, la GSMA considera que Europa necesita un entorno de mercado que fomente la inversión en infraestructura crítica, más aún tras el Covid. «Dado que el entorno regulatorio ha demostrado ser un impedimento para la inversión de capital, los responsables políticos deben adoptar medidas que fomenten la sostenibilidad financiera del sector, asegurando que la industria móvil europea sea competitiva a nivel mundial», incide.
En concreto, la asociación propone un conjunto de medidas como evitar la devaluación de las inversiones en redes; un mayor enfoque en inversiones a largo plazo y una postura más equilibrada de las condiciones en las operaciones corporativas; evitar condiciones favorables a nuevos actores en las subastas de espectro; y fomentar los acuerdos de compartición de redes.
Asimismo, también sugiere que elimine la inflación de los precios del espectro, ya que retrasaría los despliegues; que impulse la diversidad y la competencia en la cadena de suministro para mejorar la seguridad y la resiliencia de las redes mediante una mayor interoperabilidad y una mayor variedad de proveedores; y establecer un sistema de despliegue de antenas que reduzca costes y acorte los tiempos para obtener los permisos.
ECONOMÍA DIGITAL Y NUEVO CONTRATO SOCIAL
Por otro lado, el informe también aborda la situación de Europa en cuanto a la economía digital y advierte de que el Viejo Continente solo podrá capturar el valor económico que aporta si implementa un sistema de datos dentro de sus fronteras y que combine múltiples industrias, con el fin de desarrollar nuevas soluciones que aprovechen una conectividad ubicua, unas comunicaciones seguras y eficientes y lo servicios de computación.
«La actual falta de control de Europa sobre su propia infraestructura en la nube es una amenaza para su futura soberanía. Un componente esencial de la soberanía digital europea será el desarrollo de nuevos servicios que aprovechen una infraestructura edge y en la nube distribuida y ampliamente disponible, basada en las normas europeas que regulen la privacidad, el almacenamiento y el procesamiento de datos», resalta.
En este sentido, incide en que para mejorar la soberanía europea en la arquitectura de servicios digitales, Europa debe continuar apoyando, gobernando y promoviendo activamente las comunidades de código abierto, desempeñando un papel «neutral y estable en el contexto de incertidumbre geopolítica».
Además, considera que debería animarse a los operadores de telecomunicaciones europeos a explorar con mayor libertad, tanto individual como colectivamente, las nuevas oportunidades que ofrecen las redes 5G, a través de una combinación de Inteligencia Artificial (IA) y nuevas tecnologías como el network slicing y multi-access edge computing .
En este sentido, también propone medidas como una mayor inversión en I+D; impulsar las competencias digitales entre los trabajadores; acelerar la digitalización de empresas, especialmente pymes, y administraciones públicas; crear un entorno regulatorio más armonizado para el Internet de las Cosas (IoT); revisar la definición de los mercados relevantes; o promover unas mismas reglas de juego para todos los actores del mercado.
CONTRATO SOCIAL
El último de los tres campos que aborda el informa es la necesidad de contar con un contrato social para la sociedad digital europea, compartido tanto por los gobiernos como por el sector privado, que defina las protecciones y los principios claves de los que dependen los consumidores en el entorno digital.
En este sentido, aboga por reducir la brecha digital, abordar las amenazas en materia de ciberseguridad y promover la transparencia y combatir la desinformación. «Estamos comprometidos con una digitalización que esté sustentada en los valores humanos y que cree economías y sociedades justas, inclusivas y sostenibles», asegura la GSMA.