La Fiscalía mantiene los 23 años de cárcel para el acusado de asesinar a su madre «con una violencia extrema»
El acusado reitera que no tiene «ni idea» de lo que pasó y dice que es «un buen hombre»
La Fiscalía ha mantenido su petición de 23 años de prisión para el acusado de asesinar a su madre de 80 años, en octubre de 2021, en el domicilio en el que ambos convivían en Santander, en la última jornada del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Cantabria y sobre el que este viernes dictará veredicto el jurado.
También la acusación particular, que ejerce el hermano del acusado, ha mantenido su petición de 25 años de cárcel, mientras que la defensa ha pedido su absolución por considerar que no es imputable al tratarse de un hombre «enfermo».
En su intervención, la fiscal ha reconocido las dificultades familiares y de convivencia que había en el entorno del acusado, pero ha incidido en su personalidad «fría, manipuladora, mentirosa o victimista» ante las peticiones de sus familiares para que encontrase un trabajo «que le iba a favorecer», que llegado un momento le hicieron explotar debido a su carácter «agresivo».
A su juicio, lo sucedido es constitutivo del delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con la agravante de parentesco que se le imputa, destacando que llevó a cabo un ataque «sorpresivo» por la espalda que pilló a la víctima –una mujer mayor con osteoporosis– «desprevenida», anulando su defensa al caer y romperse los brazos, para después colocarse encima y aplastarla.
Asimismo, ha incidido en su ensañamiento al realizar lesiones «no necesarias» para causar la muerte de una persona, como los mordiscos cuando, según los informes forenses, aún seguía viva. «Paró, pensó, levantó el pijama y mordió», ha explicado la fiscal.
También ha hecho hincapié en que el acusado muestra en su relato que lo hizo «conscientemente», con una declaración «esclarecedora y con frialdad» ante unos hechos de «violencia extrema» realizados, en su opinión, con sus capacidades intelectivas y volitivas «intactas y plenas».
Y ha descartado, con la información «clave» de las forenses, que el hombre tuviera un brote psicótico con «ideas delirantes», «alucinaciones» o una «ruptura de la realidad», además de comentar que según los informes de los psiquiatras que le atendieron el día de los hechos, se encontraba «consciente y orientado en las 3 esferas: espacio, tiempo y persona» en un estado «tranquilo» y con un discurso «coherente».
El trastorno de personalidad mixto «no le ha alterado su comportamiento en el día a día» y el motivo de los actos realizados es, según la fiscal, «el odio», y «jamás se va a arrepentir». «Es un crimen motivado por ese rencor que siente por su familia», ha incidido.
Finalmente, se ha referido al segundo informe del jefe de Psiquiatría del Hospital Valdecilla, Jesús Artal, que decía que el trastorno de personalidad y de bipolaridad sí pudo afectar en la toma de decisiones del acusado. Sobre ello, ha considerado que su imparcialidad «no es igual» al estar pagado por la defensa, y que «le faltan datos» en un estudio hecho «con mucha precipitación» que en cualquier caso «dice que la afectación fue mínima».
En similares términos se ha pronunciado el abogado de la acusación particular, que ha recordado como en la primera sesión del juicio se refirió al acusado como un «animal con consciencia», algo que, en su opinión, ha quedado «acreditado» durante el proceso judicial.
Para el letrado, el hombre «recuerda perfectamente» los hechos y «no engañó» a los forenses «culpando a terceros», «mintiendo» con el relato de la violación que decía que sufrió hace tiempo o «cantando» y diciendo frases «sobre la oscuridad y la luz».
«Sabía lo que hacía, quería hacerlo y lo hizo», ha defendido el abogado de la acusación particular que lleva a cabo el hermano del procesado, a la vez que ha descrito los «hechos brutales» y las «lesiones encaminadas a generar dolor y no a matar» que sufrió la víctima antes de morir tras una agresión «salvaje».
En este sentido, ha recordado la declaración de su representado días atrás, en la que aseguraba que tenía «la sensación» de que lo ocurrido podía pasar en cualquier momento o incluso ser él la víctima.
Sobre el informe de Artal, no ha dudado de la imparcialidad del experto, pero sí del método con el que se ha desarrollado el análisis, ya que «tuvo apenas una semana» y eso provoca que el estudio sea «más superficial».
Por su parte, la defensa ha subrayado que se está juzgando «a una persona, no a un animal» y que se trata de un hombre «enfermo» desde hace mucho tiempo al que sus patologías le llevaron a tener una reacción «explosiva» contra su madre.
Por ello, espera un veredicto «justo» por parte del jurado popular, a cuyos miembros ha pedido que olviden los «prejuicios», que no se dejen «influir», que lean los informes y vean las pruebas, porque los relatos de todas las partes tienen siempre tienen «subjetividad» y existen «muchas dudas» de lo que pasó en la cabeza del acusado. »
En la sesión ha intervenido también el acusado, que en su turno de última palabra ha reiterado que no tiene «ni idea» de lo que pasó, que es «un buen hombre», que no es una persona «agresiva» y que tiene sus «problemas psiquiátricos».
También ha reconocido que aunque tiene «sangre fría en situaciones adversas», no la tiene «para matar». «Tener sangre fría no es ser un cabrón», ha añadido antes de decir que también es una persona «con corazón».
Además, ha considerado «gravísimo» que su hermano, que testificó el pasado martes, negase su intento de suicidio, y ha insistido en que este y su madre le maltrataban, y él, que tampoco ha sido «un santo» con su familia, se defendía.