La exposición al moho a una edad temprana aumenta la posibilidad de padecer asma
La exposición a las esporas del moho a una edad temprana aumenta la posibilidad de padecer asma, además de provocar reacciones alérgicas, dolores de cabeza y sibilancias, según han puesto de manifiesto diversos estudios mencionados por expertos de Inokem.
Para evitar la aparición de moho en las casas, los especialistas han aconsejado ventilar de manera correcta a diario, utilizar la campana extractora al cocinar, evitar acciones como tender la ropa dentro de casa, ya que las prendas mojadas añaden humedad a las estancias y prestar mucha atención a posibles humedades, goteras o fugas en las tuberías del agua.
«La oscuridad es otro factor que el moho necesita para crecer y propagarse, por lo que también es necesario asegurarse de que en cada habitación existen las condiciones de iluminación natural apropiadas», han añadido.
Asimismo, para poder limpiar correctamente una zona infectada con moho, en primer lugar es necesario tomar precauciones protegiendo los ojos y las manos para evitar el contacto con las esporas. Para eliminarlo completamente, se debe aplicar el producto desinfectante en la zona afectada y dejar actuar durante unos minutos para, posteriormente, pasar una esponja realizando movimientos circulares hasta acabar con la totalidad de este hongo. Si tras una primera pasada todavía quedan rastros de moho, se puede repetir este proceso las veces que sea necesario.
«Si se utiliza el mismo paño o la misma agua a la hora de limpiar una habitación con moho, el hongo se esparcirá por las superficies que no habían estado en contacto con él, por lo que es muy importante asegurarse de limpiar correctamente el paño o cepillo utilizado y cambiar el agua varias veces durante las sesiones de limpieza», han detallado los expertos.
Dicho esto, han avisado de que la lejía ayuda en gran medida a combatir el moho, aunque su uso puede ser muy perjudicial para la salud ya que puede causar quemaduras en la piel, además, según un estudio elaborado por el Centro de Investigación de Epidemiología Ambiental de Barcelona, la exposición pasiva a la lejía en el hogar durante la niñez, puede vincularse a tasas más elevadas de infecciones respiratorias, amigdalitis y gripe. Una alternativa ideal a la lejía son las pastillas efervescentes con dicloroisocianurato de sodio, ya que actúan como desinfectantes y eliminan las incrustaciones sin provocar los efectos adversos que generan este tipo de productos.
«Después de limpiar el moho es necesario tomar ciertas precauciones para evitar que vuelva a aparecer. Ventilar el espacio diariamente durante al menos 15 minutos y dejar entrar la luz natural en la habitación y utilizar productos con acción desinfectante durante o después de cada limpieza impedirá que este hongo vuelva a surgir en las zonas previamente afectadas. Además, existen pinturas y siliconas antimoho ideales para estancias húmedas como el cuarto de baño. Por último, productos como los deshumidificadores también resultan de gran utilidad, ya que sirven para controlar la humedad del ambiente», han zanjado.