La exposición a mezclas de metales podría aumentar significativamente el riesgo de cáncer de mama, según un estudio
Varios equipos del CIBERESP, coordinados desde el Instituto de Investigación Biosanitaria ibs.GRANADA, han identificado vínculos significativos entre la exposición conjunta a ciertos metales pesados y el desarrollo de cáncer de mama en mujeres.
Este estudio multicéntrico, publicado en Science of The Total Environment , ha sido desarrollado en el marco del proyecto EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition) y es pionero en analizar la influencia conjunta de estos elementos metálicos en el riesgo de cáncer de mama en España.
El equipo investigador encontró niveles significativamente más altos de cobre en mujeres diagnosticadas con cáncer de mama, mientras que los niveles de zinc fueron más elevados en mujeres sin la enfermedad. Sin embargo, el enfoque analítico en el que se estudió el efecto sinérgico de la exposición conjunta a las mezclas de estos compuestos es la aportación más innovadora de este estudio.
PODRÍAN CUADRUPLICAR EL RIESGO DE DESARROLLAR UN CÁNCER DE MAMA
Así, el modelo de mezclas reveló que un perfil específico con altos niveles de cobre, manganeso, antimonio y vanadio, junto con bajos niveles de zinc y tungsteno podría llegar a cuadruplicar el riesgo de desarrollar un cáncer de mama.
Para llegar a esta conclusión, el grupo de investigación determinó las concentraciones de los 16 metales en las muestras de sangre de mujeres reclutadas en los años 90 en la cohorte EPIC-España. A estas mujeres se les realizó un seguimiento durante 25 años para identificar los diagnósticos de casos nuevos de cáncer de mama, gracias al contraste de sus datos con los registros de cáncer de población implantados en las provincias participantes.
Posteriormente, se ajustaron modelos matemáticos que permitieran evaluar el efecto conjunto de las concentraciones de estos metales sobre el riesgo de haber desarrollado un cáncer de mama a lo largo del seguimiento, contemplando la potencial existencia de efectos no aditivos y no lineales. Este diseño epidemiológico, unido a una completa y rigurosa metodología de análisis para explorar relaciones complejas, garantiza la solidez y fiabilidad de los resultados obtenidos.
«Nuestros hallazgos sugieren que la combinación de estos elementos metálicos podría influir de forma muy significativa en el riesgo de cáncer de mama en mujeres. No obstante, es esencial replicar estos resultados en muestras más grandes y con mediciones repetidas para comprender mejor estas complejas interacciones», ha afirmado el investigador principal del proyecto, Miguel Rodríguez Barranco.
Por su parte, el investigador Nicolás Fernández Martínez, autor principal del artículo, subraya que «la asociación observada con esta combinación de metales destaca la importancia de entender cómo estos elementos pueden relacionarse con el cáncer. Este estudio brinda una nueva perspectiva sobre el rol que podrían desempeñar algunos metales, ya sean tóxicos o esenciales, sobre el cáncer de mama».
En este sentido, personal investigador del estudio destaca la necesidad de investigaciones adicionales para comprender completamente las complejas interacciones químicas en el entorno y su impacto en la salud humana.
«Este estudio supone un paso adelante en el conocimiento de cómo las exposiciones a tóxicos ambientales podrían contribuir al riesgo de cáncer de mama y señala la importancia de reducir estas exposiciones de cara a la prevención primaria de la enfermedad», ha explicado la directora científica del ibs.GRANADA y líder del grupo de investigación, María José Sánchez.
El estudio se ha llevado a cabo con la colaboración de los grupos del CIBERESP del Instituto de Investigación Biosanitaria ibs, GRANADA, el Centro Nacional de Epidemiología, el IMIB-Arrixaca en Murcia, BioGipuzkoa y el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra. También ha colaborado el grupo del CIBERONC de Miguel Martín-Jiménez en el Hospital Universitario Gregorio Marañón, junto a GEICAM.