La exmujer del anciano de Mallorca dice que decidieron que él cogiera la escopeta para darles «un susto» a los ladrones


«Si la justicia de la tierra no le alcanza, tenga por seguro que la justicia divina sí lo hará», le ha dicho la madre de los asaltantes a Rigo

PALMA, 11

La exmujer de Pau Rigo, quien también se encontraba en el domicilio de Porreres (Mallorca) cuando el anciano mató a uno de los ladrones que les entró a robar, ha dicho en el juicio que decidieron que él cogiera una de las escopetas que tenían cargadas en la vivienda para darle «un susto» a los asaltadores.

La Audiencia Provincial de Palma ha continuado este lunes con el juicio con jurado popular contra el octogenario y los tres ladrones que planificaron y ejecutaron el robo en febrero de 2018 con la declaración de los familiares y conocidos de los procesados y está previsto que continúe esta tarde con el testimonio de guardias civiles.

Después de una suspensión temporal de dos horas, a la espera de que uno de los acusados pasar a disposición judicial por otros hechos delictivos sucedidos este sábado, la primera en declarar ha sido la exmujer de Rigo, quienes entonces ya estaban divorciados pero todavía convivían en la casa rural en la que ocurrió el robo.

Según ha relatado la mujer, lo primero que recuerda de la mañana del 24 de febrero de 2018 fueron los gritos de su exmarido, quien había sorprendido por dos hombres «encapuchados, de negro y con una pata de cabra cada uno». «Y Pau decía: ¡Han vuelto! «, ha recordado la testigo, quien ha explicado que ambos creían que los asaltantes eran los mismos que entraron a robar en su casa unos meses antes.

Mientras Rigo se encontraba con uno de los asaltantes en el sótano –donde estaba la caja fuerte–, ha proseguido, ella estaba custodiada por el otro en el interior de su dormitorio. Éste le propinó un empujón pero no hubo más agresiones, ha aseverado.

En esa habitación, ha comentado a preguntas de la fiscal, tenía Pau varías escopetas cargadas. «Eran por si venía alguien, no es que las hubiéramos puesto después del primer atraco. Podría haber sido así, pero no. Vivíamos en el campo, a él le gustaba cazar… Llevaban ahí toda la vida, eran como un seguro, digamos», ha explicado.

En un momento del asalto, ha subrayado, el ladrón que la custodiaba se fue de la habitación y entró Pau, quien cogió una de las escopetas. «Y me dijo: Ya han venido dos veces, ¿qué hacemos . Yo le dije que hiciera lo que quisiera», ha dicho.

Más adelante, al ser repreguntada por el abogado de la defensa de uno de los asaltantes, ha añadido que decidieron de mutuo acuerdo que él cogiera el arma para darles «un susto». «¿Qué quiere decir con un susto?», le ha insistido el letrado. «No lo sé», ha contestado.

Entonces ambos salieron de la habitación y él esperó a los ladrones con el arma mientras ella se escondió tras el sofá del salón, desde donde pudo observar como uno de los asaltantes, al ver la escopeta, se dirigió hacia su exmarido y, cuando se encontraba a una distancia aproximada de un metro y medio, éste le disparó.

El otro ladrón –hermano gemelo del primero–, ha continuado, se abalanzó sobre Rigo con la intención de arrebatarle la escopeta y, en el forcejeo, le propinó varios golpes. Hasta entonces, ha concedido, ninguno de los dos había sufrido ninguna lesión a manos de los asaltantes. «Si le hubieran pegado con la pata de cabra le hubieran matado», ha valorado.

Una vez el ladrón salió de la casa cargando con su hermano, la escopeta y el botín –unos 15.000 euros–, Pau se escondió en la habitación y ella fue a abrir la verja de la finca con la intención de que pudieran entrar las patrullas de la Guardia Civil o la ambulancia. Este hecho contrasta con lo manifestado en el juicio por Rigo, quien aseguró que perdió el conocimiento a causa de los golpes.

De cualquier modo, ha proseguido su exmujer, el hombre llamó a los servicios de emergencias en repetidas ocasiones y poco después llegaron los agentes del Instituto Armado. «Me acuerdo porque cuando me despierto cada mañana me viene a todo a la cabeza, como una película», ha confesado.

MADRE DE LOS ASALTANTES: «HAN MATADO A UN SER HUMANO, NO A UN PERRO»

La mañana de este lunes también ha declarado en calidad de testigo la madre de los dos asaltantes, de nacionalidad colombiana y cuya familia lleva 24 años residiendo en Mallorca. La mujer, además de subrayar que tanto ella como su esposo instaron a su hijo a que se entregara a la Guardia Civil, ha lamentado que hayan sido estigmatizados por ser migrantes.

«Lo único que pido es que esto se acabe de una vez por todas, el linchamiento público que sufrimos por esto cada día es insoportable. Somos migrantes, sí, pero nadie nos ha dado nada, no hemos venido a España a que nos den nada. Yo lo único que pido es justicia para mi hijo. Han matado a un ser humano, no a un perro», ha recriminado la mujer.

Aunque ha admitido que sus hijos tienen la «culpa» de lo que sucedió, ha subrayado que fue una «mala decisión» que podría haber tomado cualquier otra persona y que no por ello deben «arrastrarlo» toda la vida.

Antes de finalizar su intervención, se ha dirigido a Rigo, quien se encuentra sentado junto a sus abogados a diferencia del resto de los acusados. «Soy una mujer creyente, y en esta vida la justicia de la tierra no le alcanza, tenga por seguro que la justicia divina sí lo hará», le ha dicho.

También ha comparecido en calidad de testigo el hijo de Rigo, quien ha recordado el estado que se encontraba la casa tras el robo –con los cajones removidos, por ejemplo– y las múltiples lesiones que presentaba su padre. La vivienda, ha explicado, la vendieron tras el asalto.

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