La ex Alta Comisionada de la ONU Navi Pillay encabezará la investigación sobre abusos en Israel y Palestina
La ex Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Navi Pillay ha sido puesta al frente de la investigación abierta por el organismo internacional sobre los abusos en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, incluido Jerusalén Este.
El presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Nazhat Shamim Jan, ha indicado que el comité encabezado por Pillay estará además integrado por el indio Milun Kozari y el australiano Chris Sidoti, antes de agregar que deberán investigar «las causas subyacentes de las tensiones recurrentes».
Asimismo, ha incidido en que entre los objetivos de las pesquisas está determinar las causas de «la inestabilidad y la prolongación del conflicto, incluida la discriminación sistemática y la represión fundamentada en la identidad nacional, étnica, racial o religiosa».
La resolución de la ONU que creó la comisión de investigación pide además «establecer los hechos y circunstancias que puedan equivaler a violaciones y abusos, así como a los crímenes perpetrados» e «identificaar, si es posible, a los responsables para garantizar que rinden cuentas».
La comisión deberá dar un informe sobre sus principales actividades de forma anual ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a partir de junio de 2022, cuando tendrá que presentar su primer informe durante la 50ª sesión del organismo.
El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó a finales de mayo crear dicha comisión, votación que se saldó con el visto bueno de 24 de los 47 países que integran el organismo. Así, nueve votaron en contra, entre ellos Austria, Alemania, Bulgaria y Reino Unido, y hubo catorce abstenciones, como las de Francia o Brasil.
Poco después de conocer la decisión, Israel mostró su rechazo «categórico» ante cualquier tipo de investigación en este sentido, una postura adoptada ya en anteriores ocasiones, y acusó al Consejo de Derechos Humanos de ser «un órgano de mayoría antiisraelí».
La decisión llegó en una sesión extraordinaria celebrada tras los últimos combates en la Franja de Gaza, que se saldaron con la muerte de más de 250 palestinos, así como de doce personas en Israel –entre ellos una mujer india y dos filipinos–, así como de cerca de 30 palestinos a manos de las fuerzas israelíes en Cisjordania.