«La España que reúne» condena el «boicot» a Vox en Vallecas y la apropiación del territorio común
El club de opinión «La España que reúne» integrado por personalidades de ideología socialdemócrata y liberal ha condenado el «boicot» sufrido por la candidatura de Vox en la plaza de la Constitución del madrileño barrio de Vallecas, donde este miércoles se produjeron incidentes violentos y cargas policiales.
En un comunicado emitido ese jueves «La España que reúne» destaca que todos los partidos políticos tienen derecho a realizar sus actos en todo el territorio nacional y rechaza la «apropiación» de partes del territorio común a manos de partidos o ideologías concretas. «Aceptar esa usurpación sería aceptar que algunos tienen el derecho de veto en determinados pueblos o comunidades de España», han subrayado.
«Hemos denunciado la política extrema que realizan algunos partidos y en esas denuncias hemos dejado claras nuestras grandes diferencias con Vox. Pero hoy no es el momento de detenernos en las diferencias. Es el momento de reivindicar el derecho general y fundamental a la libre expresión de todos los protagonistas políticos que actúan dentro de la legalidad constitucional», añade el texto publicado por este grupo de opinión fundado por Francesc de Carreras, Nicolás Redondo Terreros, José María Múgica, Juan Claudio de Ramón, César Antonio Molina y Elisa de la Nuez.
Así, destacan la especial gravedad de lo sucedido en el barrio madrileño dado que el acto estuvo precedido por una «campaña propagandística a favor del boicot» realizada por «partidos con representación parlamentaria y responsabilidades institucionales que llegan hasta el mismo Gobierno de la Nación» señalan en referencia a líderes de Unidas Podemos que se han pronunciado en contra de la realización del acto.
En la misma línea han rechazado que el incidente «ha estado epilogado» por «justificaciones tan esquivas a la verdad como irresponsables de estos mismos partidos» y condenan el modo de actuar de los responsables políticos que «están llamados a defender la libertad de todos», aunque «se complacen en limitar la libertad de algunos, justo de los que no piensan como ellos.»
Recordemos que no hay libertad sin seguridad. Sin la seguridad mínima necesaria, la libertad se convierte en un privilegio, del cual sólo unos pocos pueden gozar de él. Y son los poderes públicos los encargados y los responsables de asegurar nuestros derechos. Nosotros no nos sentiremos nunca satisfechos ejerciendo nuestros derechos si otros, aunque piensen de forma diferente a la nuestra, no los tienen igualmente asegurados.