La equidad de género podría elevar el PIB mundial en más de un 20% en los próximos 10 años, según un estudio


España se sitúa por encima de la media europea en representación femenina, con un 52% de mujeres en el Gobierno

El PIB global podría crecer más de un 20% en la próxima década si las mujeres tuvieran las mismas oportunidades económicas y políticas que los hombres, según un estudio llevado a cabo por la consultora Oliver Wyman, en colaboración con el Banco Mundial y Women Political Leaders, titulado Representation Matters , en el que se analiza el impacto de la representación femenina en política y su relación con el desarrollo económico.

El estudio añade que España se sitúa a la vanguardia de esta tendencia con un 52% de representación femenina en el Gobierno, por encima de la media europea. Precisamente, el estudio incide en que la participación de las mujeres en política es un factor clave para el crecimiento económico y la reducción de la desigualdad. Sin embargo, denuncia que aún representando la mitad de la población mundial, siguen encontrando múltiples barreras para acceder a posiciones de liderazgo en la política y la economía.

En la actualidad, las mujeres ganan en promedio solo el 80% de lo que perciben los hombres y poseen menos de dos tercios de los derechos legales que ellos. Su acceso al mercado laboral sigue siendo limitado y, en muchos países, el progreso en materia de equidad de género incluso ha retrocedido, añade el documento.

El estudio concluye que la equidad de género en la política es un imperativo de justicia social y una estrategia fundamental para el crecimiento económico global. En el caso de España, además de tener un significativo nivel de representación política, el país obtiene una puntuación de 90 sobre 100 en el índice de equidad de género, superando la media europea de 82/100.

Los autores del estudio argumentan que la equidad de género no es sólo un principio de justicia, sino una palanca clave para el progreso económico y social. Así, destaca que cuando las mujeres acceden a posiciones de liderazgo en política y economía, el crecimiento se acelera y las sociedades se fortalecen, subrayando la importancia de impulsar su participación en estos ámbitos.

Por otro lado, detalla que España se posiciona como referente en igualdad política dentro de Europa, con niveles de representación femenina superiores a la media de la región. Actualmente, el Congreso cuenta con un 44% de diputadas, el Senado con un 42% y el Gobierno con un 52% de ministras. La relación entre crecimiento económico y equidad de género es clara. En contraste, el Parlamento Europeo ha experimentado una ligera disminución en la representación femenina, pasando del 40% al 39% tras las elecciones de 2024.

A nivel global, las mujeres están significativamente subrepresentadas en la política mundial, con un 26% de escaños parlamentarios ocupados por mujeres, mientras que en los cargos ministeriales la representación femenina es del 23%. La brecha es aún más notoria en la jefatura de gobierno, donde 27 de los 193 países del mundo cuentan con una mujer en el cargo más alto, y 15 de estos países ellas tienen un poder real de decisión. Si se mantiene el ritmo actual de progreso, tomará más de 40 años alcanzar la paridad política a nivel global.

Existen, sin embargo, países que han logrado avances significativos en la representación femenina, con México, Ruanda, Cuba, Nicaragua, Andorra y Emiratos Árabes Unidos que han alcanzado la paridad en sus parlamentos. En cuanto a los gabinetes ministeriales, Australia, Bolivia, Canadá, México y Zimbabue han logrado un equilibrio de género en sus equipos de gobierno. Sin embargo, no todos los países han seguido esta tendencia: en naciones como India, Pakistán y Francia, la representación femenina en los parlamentos se redujo entre uno y cuatro puntos porcentuales en 2024.

BARRERAS QUE FRENAN EL AVANCE DE MUJERES EN POLÍTICA

El informe identifica múltiples factores que dificultan el avance de las mujeres en la política. La falta de igualdad de oportunidades sigue siendo un obstáculo clave: en 1974, las mujeres ocupaban menos del 7% de los escaños legislativos; hoy, aunque la cifra ha crecido, las estructuras políticas continúan favoreciendo a los hombres.

Otro factor determinante es la falta de protecciones legales. En muchos países, las mujeres siguen enfrentando una discriminación legal y cultural que limita su participación en el gobierno. Solo el 55% de los países han aprobado leyes contra la violencia doméstica y menos de la mitad ofrece apoyo financiero para el cuidado infantil, un aspecto que es crucial para permitir que más mujeres trabajen y participen en la política.

Además, el 49% de la población mundial sigue creyendo que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres, lo que refuerza prejuicios y dificulta su acceso a roles de liderazgo.

La violencia política y el acoso también representan barreras significativas. En Europa, el 85% de las parlamentarias encuestadas afirmaron haber recibido amenazas o haber sido víctimas de ataques en redes sociales. Por su parte, un estudio realizado en Costa de Marfil, Honduras, Tanzania y Túnez reveló que el 55 % de las mujeres en política ha sufrido violencia psicológica, económica o sexual. Este clima hostil disuade a muchas mujeres de postularse para cargos públicos o de mantenerse en la política.

SOLUCIONES PARA ALCANZAR LA EQUIDAD POLÍTICA

Para cerrar estas brechas, el informe propone varias estrategias. En primer lugar, recomienda la implementación de cuotas de género en los parlamentos y partidos políticos, acompañadas de incentivos y sanciones que garanticen su cumplimiento.

También sugiere la aprobación de leyes contra el acoso y la violencia política de género, así como el establecimiento de programas de financiamiento que faciliten la participación de las mujeres en la política.

En el ámbito legal y económico, se destaca la necesidad de reformar leyes que discriminan a las mujeres y eliminar barreras regulatorias que dificultan su acceso al mercado laboral, lo que incluye garantizar la igualdad salarial, fortalecer los derechos de maternidad y paternidad, y aumentar la inversión en servicios de cuidado infantil asequibles.

El informe también enfatiza el rol del sector privado en la promoción de la igualdad de género por lo que recomienda que las empresas fomenten la equidad en sus estructuras internas, asegurando la paridad en los consejos de administración y en los altos cargos ejecutivos. Además, sugiere que el financiamiento político esté vinculado con el compromiso de los partidos en promover la equidad de género.

El informe deja claro que garantizar la representación femenina en la toma de decisiones es «una condición indispensable para lograr un desarrollo sostenible y una economía global más fuerte y garantizar que las mujeres tengan un asiento en la mesa de toma de decisiones».

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